9/12/07

Mis manos


Con estas manos que ves y sientes, Laika mi amiga, he acariciado y he amado. Y he calmado. Son mis manos, de dedos largos, uñas cortas. Unas simples manos que ahora se pasean sobre tu frente como queriendo adivinar tus pensamientos. ¿En que piensan los perros? ¿Que imágenes sobrevuelan en vuestras mentes? ¡Que misterio!

Has cerrado los ojos, perra amada, bajo el bálsamo de mis yemas.

Estas manos que también han roto, con rabia y odio. Han dado golpes como puños de hierro. Y sin embargo ahora abren un libro con ternura y sienten el rígido tacto del papel. O se dejan acariciar por el líquido ser del agua. Son manos humanas, manos que siempre buscan con pasos ciegos.

Un día tocaron la frente fría de mi madre.

Has cerrado los ojos, Laika, respiras con tranquilidad canina, algo que siempre admiraré, está tranquilidad canina. Quizás, mis manos te recuerdan la ternura peluda de tu madre, al principio. Quizás, ahora, tocarte con suavidad la frente y luego tus orejas puntiagudas a mí me llega el recuerdo del tacto animal cuando nací. No sé. Lo que sí sé es que me gusta acariciarte con mis manos, mis manos que no saben como tocar y tomar, que nunca han sabido como dar, como recibir. Pero contigo, perra de mi vida, sí que sé, es como si mis manos fuesen dos patas, como las tuyas. Entre tus patas y las mías no hay barreras, hablamos el mismo lenguaje.

Siempre me sorprenderá la belleza simple de una pata de perro. Y de unas manos, continuación del cuerpo, que captan energía. Cuando alzo las manos en el aire, dedos extendidos, recibo toda la fuerza del cielo a través de ellas.

Que estas manos mías sean tus antenas, Laika, para recibir todo el amor que siento por tí, amor no solamente mío pero del firmamento y que gracias a ellas, manos humanas, puedo ofrecerte.

1 comentario:

Chapellina dijo...

Laika, realmente eres una perrita afortunda. Este texto refleja puro amor. Que belleza!