2/12/11

Un libro de fuego y de sangre



Hay libros que queman, como si el fuego los hubiese marcado. Fuego y sangre, dolor y exaltación. Desde un más allá no muy lejano y sin embargo… al leerlos estamos inmersos en este presente. ¿Cómo es posible? 

Leo este libro y me quedo atónita. Leo sobre el comienzo del Tercer Reich y estoy leyendo mi presente, en 2011. Todos los regimenes fascistas tienen un suave comienzo, unos pasos lentos y sinuosos, una danza de la serpiente, apenas perceptible en lo cotidiano, como si todo ocurriese a un nivel subterráneo. Quizás es como si todo ocurriese en una pesadilla sin que sepamos que estamos en una pesadilla. 

Y este libro habla de todo esto: de cómo un personaje inmundo, llegado desde la más profunda oscuridad escabrosa, desde el infierno, pudo transformarse del día a la mañana en un líder de un país con su discurso racista y obsceno. Fue posible, lo sabemos. Hitler y su política existieron. Hoy en día tenemos la misma sensación de deja vu. 

Siempre me he preguntado como fue posible todo aquello que ocurrió y no es hasta que he empezado a informarme sobre la ponerología ( que es el estudio del mal en la esfera política) que no he encontrado respuestas valuables. Sin embargo una cosa es la ponerología, otra  como un pueblo, toda una nación, haya podido ser “cómplice” de tanto terror y barbarismo. Sin embargo también todo es lo mismo: unos déspotas sicopáticos crean un sistema de psicopatía. ¿Pero cual es el proceso? ¿Como ocurre  esta  transferencia de un grupo de lideres enfermos a todo un país? 

Este libro, pues, habla de todo esto, repito, en unas memorias que duelen como el fuego y la sangre porque son la voz de una conciencia y de un despertar- Y los que estamos hoy despiertos y tenemos una conciencia estamos pues ante el mismo dilema, el mismo panorama, la misma inquietud.

Lo que salvó la vida a Sebastian Haffner fue su nariz, este sentido nuestro el más potente de todos, el más primario, reliado a  la intuición o quizás a un conocimiento vital e invisible, a una memoria colectiva. Aunque lo que estaba ocurriendo en aquellos días  no tuviese ninguna referencia para Haffner , ni histórica ni social…La nariz del señor Haffner le salvo la vida porque respiró un mal olor, un terrible olor a carne podrida, a carroña, a cementerio. Y este olor terrible y espantoso, que él nunca había olido antes, que era nuevo, al que no se le podía poner ninguna etiqueta, fue el principio de un temblor, de una visión más amplia de su entorno, el comienzo de una intensa reflexión sobre lo que estaba ocurriendo en la Alemania de los años 30.

Este libro habla de la conciencia y de cómo es en definitiva terrible perderla y de cómo se pierde esto que es primordial para la supervivencia del ser humano. Cuando uno pierde la conciencia uno se pierde en el instinto primal, uno para de ser humano y se transforma en una bestia. ¿De qué manera perdemos la conciencia? Poco a poco, sin darnos cuenta. Y los líderes de aquel entonces, como los lideres de hoy en día, saben como hacernos olvidar que tenemos una conciencia, saben como arrematarla, saben como utilizar este instinto de bestia sin conciencia que todos tenemos en nuestras sombras humanas.  

Los nazis utilizaron los mismos artefactos que los políticos de hoy utilizan: la propaganda, las mentiras, las falsas banderas y el racismo. También utilizaron  las amenazas, el miedo, y finalmente el terror. Así de simple. Pero el ser humano es simple, si nos ponemos a pensar en ello. 

Las memorias de Haffner empiezan con estas palabras:  

La historia que va a ser relatada a continuación versa sobre una especie de
duelo. Se trata del duelo entre dos contrincantes muy desiguales: un Estado
tremendamente poderoso, fuerte y despiadado, y un individuo particular pequeño, anónimo y desconocido. Este duelo no se desarrolla en el campo de lo que comúnmente se considera la política; el particular no es en modo alguno un político, ni mucho menos un conspirador o un «enemigo público». Está en todo momento claramente a la defensiva. No pretende más que salvaguardar aquello que, mal que bien, considera su propia personalidad, su propia vida y su honor personal. Todo ello es atacado sin cesar por el Estado en el que vive y con el que trata, a través de medios en extremo brutales, si bien algo torpes.  

Dicho  Estado exige a este particular, bajo terribles amenazas, que renuncie a sus amigos, que abandone a sus novias, que deje a un lado sus convicciones y acepte otras preestablecidas, que salude de forma distinta a la que está acostumbrado, que coma y beba de forma distinta a la que le gusta, que dedique su tiempo libre a ocupaciones que detesta, que ponga su persona a disposición de aventuras que rechaza, que niegue su pasado y su propio yo y, en especial, que, al hacer todo ello, muestre continuamente un entusiasmo y agradecimiento máximos.  

Los tiempos han cambiado, es cierto. Vivimos ahora en el Siglo XXI. Pero seguimos estancados, petrificados bajo el yugo de los mismos que permitieron tantas atrocidades. Solo han cambiado los nombres, las caretas. La situación del individuo, al leer el libro de Haffner, parece la misma: enfrente de la bestia, ¿como reaccionar? ¿Transformandonos en una bestia? Tenemos la eleccion.

 De lo que se trata aquí es de la vacunación sistemática de todo un pueblo -el alemán- con un bacilo cuyo efecto consiste en que todos los portadores actúan contra el prójimo con ferocidad, o dicho de otro modo: se trata de liberar y cultivar aquellos instintos sádicos cuya represión y destrucción ha sido obra de un proceso civilizador de muchos miles de años de duración. En uno de los próximos capítulos tendré ocasión de demostrar cómo amplios sectores de la nación alemana -a pesar de su debilitamiento y deshonra generales- sí que logran reunir defensas, probablemente a partir de un oscuro instinto que les advierte sobre lo que está en juego. De no ser así y en caso de que este intento de los nazis -núcleo principal de todas sus aspiraciones- llegase a buen término, todo conduciría a una crisis humana de primer grado, en la que se pondría en cuestión la pervivencia física de la especie y cuya única escapatoria consistiría probablemente en recurrir por fuerza a medios espantosos, como la destrucción física de todos los afectados por el bacilo lobuno. 

Este libro se lee como una novela de horror, o como un libro de amor. Los dos extremos están, esto es lo que pasaba. Entre el horror y el amor un hombre decide mirar su realidad con unos ojos tan abiertos que hoy siguen mirando, y esta mirada atraviesa el tiempo, es una mirada eterna, ilimitada.  El libro fue escrito en 1939, antes de la guerra y Haffner lejos de Alemania. Pudo sobrevivir al cataclismo porque vio. Vio los síntomas, los signos. Y supo elegir.

Pero no es una novela de horror, no es una novela, son unas memorias terribles de inteligencia. Y aquí están, fuera del tiempo, como advertencia.


 Estoy leyendo: Defying Hitler por Sebastian Haffner, ed.Weidenfeld & Nicolson, London, 2000.


Podeis bajaros el libro en castellano en esta pagina



22/10/11

El calvario no esta muy lejos, amigos

La Procesión al Calvario, 1564, Brueghel-viejo


Pero… ¿no sentís rechazo?
De estos rechazos que son como azules, rodeados de silencio, de estos rechazos sin nombre que son como viejos amigos, como un asentimiento, entiendo dice el rechazo. Otra vez. No pasa nada.

No quería escribir nada, no hay nada que decir. Ya se ha dicho todo, quien soy yo para aportar palabras a esto que no se puede definir pero que otros han puesto en imágenes, en mentiras, quien soy yo para exponer este rechazo que va más allá de la muerte de un leader, era esto después de todo, pero mi rechazo no es su muerte, mi rechazo es  este rictus de muerte que muestran las mascaras de los otros, mascaretas de ignorantes, de imbéciles, de idiotas, de locos. Esto, ver que aún estamos en esto, en este agujero negro, en este camino sin salida.

Unos bailan de alegría, otros sonríen satisfechos, otros miran con sadismo, otros simplemente aplauden. Son fieras. Son monstruos. Son seres de hierro, sin conciencia. No estoy solo hablando de los gobernantes que han debido beber una buena botella de cava para festejar, en sus antros hediondos, la muerte de toda la esperanza de un continente. Hablo del plebeyo que ríe sin vergüenza, en una mueca espantosa de indiferencia y de estupidez humana.

No quería hablar de él, por qué si solo era un gobernante, nada más. Quería hablar de este signo que es este asesinato, para el resto de la humanidad, donde el casi 99% sigue en total y absoluta ignorancia de lo que este signo nos dice. Hay que estar atentos a los signos, que nos advierten de las futuras desgracias que nos esperan porque no sabemos ni leerlos, ni entenderlos, ni analizarlos. ¡Que imbéciles que somos!

Lo siento pero el mundo, este mundo, no es un buen lugar para vivir. Las hordas de los  psicópatas han empezado a mostrar sus dientes.

26/8/11

La Nausea


Hemos llegado en el momento en que la nausea aparece y tengo que cerrar la radio para no vomitar, respiro hondo, el paisaje me ayuda a calmarme, la ruta esta vacía (tan vacía que tengo la impresión de estar en el fin del mundo), el cielo muy azul.

Para calmarme me digo que hay otros como yo que están viviendo esta nausea, este rechazo físico y mental de lo que se dice, que no estoy sola me digo, otros como yo también tienen que cerrar la radio o la tele o tirar contra la pared el periódico y salir corriendo de la habitación para respirar otro aire, respirar hondo y que todo se calme: la rabia que acompaña la nausea, la desesperanza, la tristeza, el dolor.

Es una nausea que es como una ola de mar, que lo abarca todo, que es pulso destructivo. Pongo Barry White para calmarme y entonces viene la nostalgia de otros años donde pensaba que la culpa era nuestra, que llegaríamos a un consenso para arreglar el estado de todo este Mundo. En aquellos años yo era muy idealista. Apago a Barry White, no es buena la nostalgia en estos tiempos. En estos tiempos hay que ser realista y precavido, ya mi padre me lo aconsejaba cuando era mas joven.

Quizás esta nausea es necesaria, la repulsa es necesaria, el rechazo es necesario. Quiero relativizar: durante la Segunda Guerra Mundial muchos debieron vivir esta nausea al oír los discursos de Hitler pero sobretodo al ser testigos de la complicidad de los gobiernos, de su falsa “incapacidad” para resolver el avance mecánico y destructor del Nazismo, muchos debieron salir pitando de sus habitaciones después de apagar los aparatos de radio, respirar hondo, reflexionar. Cuanta soledad debieron sentir al oír la intensa propaganda a todos los niveles para justificar la carne de cañón, el odio, la puesta en marcha de aquel Nuevo Orden. Cuando uno lee los diarios personales de aquel momento histórico, insisto, uno sabe entonces que esta soledad que sentimos es relativa, en este espacio tiempo no estamos solos y esta idea es nutritiva para el espíritu.

Entonces cuando oigo a nuestros periodistas demonizar a Gaddafi, a nuestros ministros (en este caso ministra) afirmar el bien de esta guerra, cuando los oigo mentir descaradamente sobre todo, y también diciendo claramente los objetivos de esta guerra, como se van a dividir el pastel los gobiernos, como nos van a hacer pagar todo lo que han hecho y van a hacer, porque una cosa esta clara: las guerra las pagamos con nuestros impuestos, las reconstrucciones también. Y también vamos a pagar el hecho de que no hemos chillado en la calle en contra de la destrucción de Libia. En parte porque cuando dijimos NO A LA GUERRA, hace unos cuantos años, no sirvió de absolutamente nada.

Lo que si sirve es esta nausea. Ella me indica y a la vez me tranquiliza. Me incita a mirar esta realidad y sus hilos invisibles, me incita a aceptar esta gran soledad en la que vivo que hace que el silencio es algo que comparto con otros como yo.

Para los que se hacen preguntas sobre el por que de esta guerra en Libia pongo aquí un video que habla sobre Gaddafi y su Oro. Lo que me recuerda algo: cuando los Nazis invadían un país lo primero que hacían era dirigirse al Banco y apoderarse del Oro. Luego lo enviaban a Suiza. Hay un libro que es muy importante y que leí hace algunos años que habla de este tema, el tema del Oro y de Suiza y Jean Ziegler es claro: si no hubiese sido por la complicidad escabrosa de Suiza la Segunda Guerra Mundial no hubiese durado tantos años y no hubiesen muerto unos 60 millones de individuos. El libro aclara sobre la importancia del Oro en la guerra de Hitler que fue apoyado por los grandes y potentes Bancos mundiales. Y no olvidemos que sin los bancos, y entre ellos bancos judíos, Hitler no hubiese existido. Y la Historia se repite y vemos hoy que todo es cuestión de dinero y ganancias, y entonces se apoyó a Hitler mientras que hoy se apoya a unos mercenarios asesinos y bandidos. La misma basura. Aquí va el libro:



Y el video:

http://youtu.be/GuqZfaj34nc

Ayer leí tres buenos textos de mis amigos de la Tribu, y gracias a ellos puedo respirar mejor, sentirme un poco menos sola aunque es importante esta gran Soledad en la que estamos sumergidos. Solo en ella podemos crecer y avanzar.

Varín y sus grandes reflexiones.

Mr.D también reflexiona y esto me gusta.

Nadiemejorquenadie es un As.

3/8/11

Como una libélula


Mientras los políticos nos hacen ver que el Apocalipsis económico esta a punto de llegar, la vida sigue y las guerras. Los políticos son unos manipuladores sin ninguna escasez de vergüenza. Es decir: son unos sinvergüenzas. Los políticos pero también los que hacen parte del circulo: los economistas, los analistas, los periodistas…


Y sin embargo la guerra sigue, imperdonable, en Libia.


Los espectáculos se nos ofrecen como distracciones para que no miremos esta realidad, la realidad de la guerra en Libia. Esta guerra es la tragedia anunciada de todos los pueblos de África, de las esperanzas y los deseos de cambio y justicia en África. Y África, no lo olvidemos nunca, es nuestra cuna. Cuna de nuestros sueños más inconcientes y cuna de nuestro deseo de cambio. Recuerdo como Gaddafi era y sigue siendo un héroe para mis amigos africanos, como hablaban bien de él, y también de Sankara que fue asesinado. Los veo, a mis amigos africanos, hablar con los ojos brillantes, con una mirada clara y sincera, deseosa y ansiosa de bondad, de igualdad. La risa de mis hermanos africanos la oigo aún, no es una risa triste ni mucho menos, es una risa de paciencia y esperanza.


Pero no hay esperanza para África, porque África es una mina de oro, siempre lo ha sido y siempre lo será además de ser un continente que los Imperios han corrompido sin merced para después hacernos creer que el africano es un ser inútil y perezoso. Bueno, hemos olvidado tanto y hasta muchas veces nos sorprende aún otra hambruna. ¿Otra? ¿Acaso no es infinita el hambre en África?


Sí, también recuerdo que yo fui admiradora de Gaddafi, es un decir. Siempre los políticos que se han opuesto a los americanos me han parecido admirables. Y sigo siendo a mi manera admiradora del pueblo de Libia, mártir y punto de ataque del virus americano.


Mientras bombardean y anihilan la esperanza de África en un país que era un pequeñito inmenso oasis, nos sacan a relucir los payasos, es un viejo truco de circo. ¡Que la economía esta al borde de la hecatombe! Que España pronto caerá como se hundió el Titanic! ¡España, Europa, Estados Unidos! ¡Todos! Esto para hacernos reír. Y luego sacan a relucir las fieras para hacernos llorar.


La tragedia que vive este planeta sin embargo es real, y muy grave. Pero siempre ha sido así. Y cada vez será peor. ¿Nos preocupa la tragedia del planeta o nuestro bien estar?


Algo esta ocurriendo, es cierto. Estamos tan hartos de todo esto, queremos evolucionar, como especie pero no nos dejan, no quieren. Sin embargo aunque sea un trabajo solitario tenemos que seguir evolucionando y cuanto más solitario sea el trabajo mejor. Pero también necesitamos de los otros, para este despertar y esta toma de conciencia.


Pero tenemos que tomar conciencia de que hasta que no caiga este Imperio no va a cambiar nada. Este Imperio se llama Estados Unidos e Israel. Un día caerá, en el Titanic, recordemos, casi no se salvó nadie.


La guerra en Libia seguirá porque quieren anihilar no solo el futuro de África pero el de todo el planeta. La hambrunas persistirán y cada vez en más lugares. Los terremotos, las sequías, los virus extraños, los fuegos, las inundaciones, las explosiones solares, la aparición de más monstruos… Pero también nuestro despertar, que es inseparable de todos estos acontecimientos terrestres. Después de todo somos una especie en vía de extinción y como especie estamos conectados al Cosmos. Hasta las libélulas saben de este lazo. Y antes de desaparecer, sea por una plaga o un Ice Age inminente, nos daremos cuenta de ello.


Mientras tanto tenemos que seguir guardando el equilibrio, a la vez físico, espiritual y mental. Es que no nos queda otra.

21/6/11

That Summer de Andrew Greig




Aquel Verano es una historia de amor. Pero no una historia romántica. Si hubiese sido romántica no la hubiese leído, no me gusta el romanticismo ya que lo encuentro falso. Pero el amor, el amor universal, el amor del prójimo, el amor a la vida…

Es un último verano, unos meses extraños e intensos, en un principio particular de una gran guerra, de una gran hecatombe humana, el principio del dolor. ¿En qué nos estamos transformando? se preguntan los dos principales personajes, un hombre y una mujer, y esta pregunta anuncia el tema de esta bellísima novela, en como la guerra cambia hasta nuestra percepción de la vida, de nosotros mismos, del Universo.


Son jóvenes, dinámicos, fuertes, sensibles. Pero la guerra tiene otras ideas en su Ser, la guerra son dos manos que aplastan, destruyen y matan. La muerte esta presente, sombra que lo abarca todo, hasta el mismo hecho de existir. Ellos son jóvenes pero se trata del último verano, quizás el último verano donde la inocencia aún tenía su razón de ser.


Me gusta esta novela por varias razones y es que dá una visión intima de la guerra, de lo cotidiano, de los pequeños gestos y las pequeñas cosas. Entra, esta novela, en la intimidad de la vida, con todo lo bello de ella, su naturaleza, su esperanza, su deseo, su pasión. La vida es todo esto y mucho más, es sentimiento y alegría, es unión y felicidad. Es amor, amor puro y simple, es un hombre y una mujer que se enamoran, que empiezan este camino tan extraño que es el amor, unión física y espiritual. La vida, la magnifica vida es todo esto y mucho más, un cigarrillo que uno enciende en la penumbra de una habitación, un cuello de mujer color de perla marina, unos cabellos que parecen algas.


Pero también es la muerte, simplemente, es el final de un camino, es la tragedia sin palabras, es silencio, soledad, tristeza, perdición, destrucción. La guerra hace que todo esto de la vida se vuelva inmenso, grandioso, impensablemente grotesco y magnifico.


Dos personas en medio de una guerra absurda, como todas lo son. En un último verano de sus vidas, el recuerdo de algo que pasó hace muchísimos años pero qué son los años para el Tiempo del Cosmos, son apenas un parpadeo, una fracción de segundo, no son nada, el Tiempo es una mándala que nos ofrece la posibilidad de entrar en él, el Tiempo, donde sea, para presenciar, admirar, compartir. Darnos cuenta que ellos, los que vivieron en 1940 somos nosotros, y nosotros somos ellos. Solo así podremos permitir que los mártires y los fantasmas de aquella Segunda Guerra Mundial puedan reposar en paz.


¿En qué nos estamos transformando? se preguntan. Yo quisiera decir en nosotros, en mí y tú, en aquellos. Ya que nosotros somos ellos en aquel verano, en aquel futuro de 1940. 

20/6/11

En el mismo cruce ellas y yo


Tengo que decir que siempre hay algo, algo indefinible y misterioso, que me atrae de aquellos años en Inglaterra, entre 1938 y 1945. Algo que reconozco, como algo mío, algo que ya hubiese vivido o sentido. Y cuando las leo, o las veo, o las estudio, aquellas mujeres de aquellos tiempos, es como si viese alguien de mi tribu y me siento muy emocionada.

Quizás estamos aquí para recordar, cada uno a nuestra manera, y para hablar de ello, cada uno con nuestro propio estilo, y emociones y sentimientos. De ahí nuestro particular interés por ciertos temas, y así una voz, una voz como muy interior, una voz como la de un animal herido y abandonado que llega de debajo de la costra terrestre, puede dejarse oír. Y esto es importante.

Y cuando las veo o las leo o las miro como mariposas en pleno vuelo captadas por el celuloide en blanco y negro siento como un llanto interno, muy suave, y una feroz alegría, muy suave también, dentro de mí de verlas tan fuertes y valientes, mis heroínas, mis valientes hermanas amazonas, mis fraternales compañeras que siguen vivas gracias a mi mirada. Porque se trata de esto.

Pero es un tiempo que ya no existe, casi impalpable, casi borroso. Y sin embargo...




Algo me tienen que decir, para que las sienta tan cercanas a mí, a mi vida, a mis tiempos. También en aquellos años se hablaba de un Nuevo Orden Mundial, y también se hablaba de política y también habían que no aceptadan las mentiras, la propaganda, la guerra…

Ellas las veo como personas muy valientes y aunque aceptasen de entrar en la maquinaria de la guerra y por esto mismo. Siguiéndolas aquí y allá, en sus largas jornadas y sus duros trabajos, me permiten reflexionar sobre esta misma maquinaria que hizo de toda una populación una gran fábrica de armamento. Y me parece increíble. Qué además de promover las guerras, los políticos hagan trabajar a la ciudadanía para ellos, para sus medallas y sus batallas, para sus propios juegos, para sus jefes, que fueron y serán siempre los bancos. Y que apareciera un monigote como Churchill (que la Historia Oficial pinta como gran hombre político) para que un país entero se vuelque día y noche sin parar a construir armamento, aviones, barcos para ir a matar al enemigo (otra mentira). Churchill, este gran monigote feo y asqueroso que dio la orden de bombardear sin merced a Dresden.

Sí, fueron valientes y valerosas y participaron en algo extraordinario, no en el sentido de bello pero si de cambiante. Un cambio radical en sus vidas. Me enseñan pues la adaptación para el sobrevivir.



Entonces pues estamos ahora en el mismo punto de partida, como si el Tiempo no hubiese transcurrido. Es pues también la constatación que las guerras no permiten a la humanidad de evolucionar pero si de retroceder. Y si los monigotes que son después de todo unos mandados permiten las guerras, es por esto mismo. Para que la humanidad no evolucione. Aquellas mujeres y yo estamos en el mismo cruce del camino, ante un mismo paisaje. Con el mismo discurso, con la misma propaganda, un mismo enemigo.

Me dicen, a través de sus vidas tan emocionantes y a la vez tan rígidas, que es importante participar, cada uno a su manera, y es importante la reflexión. ¿Qué es lo que esta pasando? se preguntaban. Mientras aprendían nuevos conceptos, nuevos trabajos, mientras formaban equipos y grupos y tribus, y que el mundo iba destrozándose, rompiéndose, se quebrajaba como una bella pieza de arte tirada en el suelo. En mil pedazos la tierra pero ellas seguían fuertes, valerosas, humanas e inteligentes.


Estoy leyendo: That Summer de Andrew Greig



Y estoy viendo: The Gentle Sex de Leslie Howard (1943).



8/6/11

La revolución: una cuestión intima




La revolución tiene que empezar en uno mismo. Es la base.


No se muy bien cuando tomé conciencia de ello. Quizás un día, mirando como mi abuela tejía, en aquel silencio del patio de su casa. Yo iba con mis ideas y mis enfados pero mi abuelita seguía tejiendo, como si nada. Me hablaba de la guerra, a veces, y yo no entendía porque. Pero abuela, le decía yo rabiosa, ¿no ves lo que esta pasando? Y ella seguía tejiendo.


Lo que pasaba, lo que pasó, lo que sigue pasando y lo que pasará. Nada ha cambiado, solo nosotros ahora nos encontramos en el Frente, ante una monstruosidad que sigue viva, cada vez más viva y por los siglos y los siglos…


La única y verdadera revolución empieza en uno mismo, en un lugar secreto y silencioso, entre las paredes de nuestro corazón, de nuestra mente. Ahí están las raíces porque somos árboles, árboles de la libertad y de la paz. Y estas raíces empiezan justamente aquí, en este centro, en el centro de mi cuerpo.

 
Aquí, en mi centro esta la revolución, aquí, en los gestos de cada día, del día a día, en mis reflexiones, en mis pensamientos, en mi manera de tratar a los otros, en la manera de tratarme a mi misma y de tratar la vida misma. Pero para ello tengo que saber quien soy. Tengo que quitar mascaretas, las mías antes que las de los otros. E ir continuamente a este centro, mi base, mi pillar y dónde esta mi fuerza.


Quiero ser un premio Nobel de la Paz. No necesito medallas, ni millones de dólares, ni estatus ni recepciones para ello. Yo deseo ser un premio Nobel de la Paz con mi actitud que se ve en mi mirada, en mis ojos donde la luz magnifica del Sol esta siempre y que lo aclara todo, y esta luz llega y acaricia las paredes de mi corazón y de mi cerebro. En los gestos cotidianos quisiera ser un premio Nobel de la Paz, en mi porte, en mi andar, en mis manos que se abren cual infinitos pétalos de una preciosa flor.



La revolución es mi aceptación de todo lo que es diferente de mí, raza, religión, lengua, cultura, abarcándolo todo en un abrazo de entendimiento que me dice que todos somos uno y yo soy todos. Pero este entendimiento no tiene que ser presencia intelectual, no, pero presencia calurosa, bella como la cara de un recién nacido, entendimiento que puede hasta dolerme, que debe herir mi piel y hacerme llorar y chillar y reír también. Entendimiento de lo que es, entendimiento de lo que ha sido, toda esta humanidad llevada sin merced en la cavas del sufrimiento, llevadas como piedras, todas estas esperanzas y sueños y estos héroes que han luchado y muerto por ello. La revolución es el rechazo intransigente de la guerra y de los plutócratas que la promueven, de sus banderas patrióticas que solo están para abarcar la muerte del prójimo. Y el prójimo soy yo. Y el prójimo soy yo esta madre que no conozco que llora el asesinato de su hijo, y el prójimo es este hombre solitario y sin trabajo y el prójimo somos todos nosotros en busca de un camino, yo, tu, ellos, todos somos este prójimo, este prójimo que podría ser un campo de alegría, si todos hiciésemos esta revolución, una revolución que aclara, que limpia, una revolución que cambia desde las raíces, desde el fundamento, desde la base.



La revolución es esta búsqueda de la verdad aunque el precio sea el dolor de ver fantasías rotas, pero es lo único, la verdad, que hace que nos transformemos en adultos concientes y responsables. La revolución es pues un acto de valentía, de integridad interna.



En este lugar tranquilo que hay entre las paredes de mi corazón y de mi cerebro cada día lucho para la paz del mundo, raíces del cambio. Leyendo, aprendiendo, intercambiando con la Tribu, comunicando, aceptando los errores, aceptando nuevos caminos. El silencio de mi abuela tejiendo me hablaba de este caminar solitario, día a día, esta lucha cotidiana para no caer en las trampas, en las mentiras, guardando silencio, luchando y soñando cada uno desde este árbol que esta por nacer dentro de nosotros.

30/5/11

Maravillosas palabras de Eduardo Galeano


Vale la pena escucharlo. Dejarse llevar por sus palabras, sus imágenes, sus mundos… Y entonces sentimos como una alegría interior despertarse, él habla de todos estos sueños que tenemos en un lugar dentro de nosotros, él habla de esta esperanza y nos la hace sentir y abrazar y nos regala esta posibilidad de ver más allá, con simplicidad y bondad. Sí, creo que vale la pena escucharlo y es, perdonar la metáfora, como estar cerca de un sol radiante, lleno de energía buena y clara, o estar cerca de una fuente, y todo esto esta dentro de nosotros, lo que dice, lo que nos hace ver.



http://youtu.be/FZ3M-QmtcL4

28/5/11

Lo que es


Era de prever: 2011 es y será hasta el final un año de mucho movimiento, así que mejor tomarse pastillas contra el mareo, si nos sentimos frágiles. Aunque la mejor pastilla para mí es la que el Sol nos da, gratis.


Yo no adherí necesariamente al movimiento 15M pero rechazo rotundamente la represión policial. Aunque no me sorprende en nada esta represión, espejo de un sistema represivo. Todo lo que esta pasando es un reflejo de lo que somos.


España, a lo que veo, aún tiene mucho que aprender. Estamos aún bajo las manos de hierro de lo que fue, hace 30 años. Nada ha cambiado, todo sin embargo se ha acelerado para darnos la posibilidad de enseñarnos algo, algo que tenemos que aprender. Hay muchas cosas que tenemos que aprender, aquí y allá, en todas partes. Y la primera es que la calle, para los gobernantes, no es nuestra. Pisamos una tierra que no nos pertenece porque la hemos dado, inconcientemente, a los gobernantes. Esta tierra no es nuestra, nos dicen estos Mozos de Escuadra que representan el Poder, fieles pajes de una autocracia venenosa y psicópata. ¡Fuera de aquí, perros! nos dicen desde sus negras sombras, robots perfectos para apalear y herir a simples ciudadanos. De esto tenemos que aprender, de estas imágenes brutales que nos enseñan que el Poder es brutal, instintivo como el cerebro de un insecto.



Esto lo hemos visto en otras partes del mundo, esto lo estamos viendo en todas partes de este planeta y lo vivieron nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos… y ahora nos toca a nosotros.



La tierra y la Tierra no nos pertenecen, es de Ellos, los bancos y los hombres de corbata, otros fieles pajes, que se pasean en carrozas de oro y viven en castillos de diamantes mientras los simples ciudadanos apenas podemos pisar el suelo. Bueno, esta es la realidad, hay que afrontarla. Y tenemos que afrontarlo con dolor, por ahora la única vía de aprendizaje. Y tenemos que parar de ser niños mimados y fantasiosos. La revolución no se hace así, con pancartas. Por lo visto las pancartas no sirven de nada, en todo caso no cambian esta realidad: la tierra, esta madre, no es nuestra porque no la hemos sabido proteger de las manos de hierro de los gobernantes.


Somos perros vagabundos y huérfanos, sin tierra, sin casa, sin padres, sin madres. Estamos solos ante un muro de silencio, de vergüenza, de avaricia. Esta soledad universal que todos vivimos, desde los que creyeron en los cuentos de hadas hasta los que miramos con escepticismo las acampanadas, nos sirve de lección para reflexionar sobre lo que nos tienen preparados los príncipes del dominio. Tenemos que mirar con claridad este camino que Ellos han decidido que tomásemos porque ellos nos ven y creen que somos un rebaño de imbeciles.



Pero no somos ni un rebaño de imbeciles ni individuos tontos. No todos, en todo caso. Hay muchos que saben que esto tiene que pasar porque esto esta pasando. Es lo que hay, es la realidad que se abre como una gran planta gris y que nos ofrece el espectáculo de su Ser. Todo esto además es un Plan, bien organizado, aquí y allá, para herir, exaltar, promulgar, dirigir y canalizar energía, destruirla y apoderarse de ella. No debemos saltar brazos abiertos en sus brazos, en los tentáculos de este Plan que ya va abriéndose paso en todas partes del mundo, robando ideas, robando corazones e ilusiones, robando energía y valor, vampirizando nuestros sueños. No debemos saltar en esta danza macabra, de muerte y… muerte.



Debemos separarnos de esta realidad y mirarla con objetividad. Debemos aprender de esta realidad y estudiarla como se estudian los microbios, con interés debemos analizarla, releer al tan conocido Príncipe de Machiavelli,  estudiar los escritos de Laura Knight-Jadeczyk, contactar con gente de nuestra tribu... debemos ver lo que hay detrás de estos Mozos, debemos ver los hilos que aguantan el cuerpo inepto del señor Puig, ir más lejos debemos permitir a nuestra mirada inteligente y confiante. Porque solo así, solo seguros de nosotros mismos, solo presentes y sin telarañas en nuestros ojos podremos entender y no caer en la trampa.



Si queremos cambiar este sistema tenemos que cambiar nuestra percepción de este sistema. Este sistema es una Red muy potente, nos tiene atontados desde siglos. Bueno, quizás es hora de salir de esta Red. Pero para salir de ella debemos saber quienes somos, en esta Red. La revolución se hace, a mi punto de vista, en silencio, mirando todo con ojos brillantes, sensata nuestra mente porque segura. La calle quizás no sea nuestra, por ahora y quizás nunca lo será. Pero nuestra mente ella es nuestro dominio, nuestra catedral, nuestro trabajo. Sin olvidar que todos somos hermanos en la misma lucha.

14/5/11

El sol y nosotros



Pues sí, creo que tendríamos que tener en consideración el Sol, estos días. No solamente porque pasan cositas extrañas y misteriosas en este tan bello astro, pero porque el Sol, después de todo, es energía. Y esta energía solar es muy importante, yo creo que vital, para el cambio que estamos viviendo. No es posible el cambio sin energía y sin energía no podemos adelantarnos al cambio. Ni participar en él.


Cada uno a su manera vive este mundo en pleno movimiento, cada uno camina a su paso, unos más deprisa, otros más poco a poco, algunos, muchos, no han empezado a andar pero esto es igual, acabaran haciéndolo, llevados por el ritmo. No se trata de coger un martillo y empezar a romper cosas, no hablo de este tipo de cambio. Aunque la tierra sí que nos esta amartillando, a su manera y estos cambios fisiológicos del planeta (terremotos, volcanes que despiertan, huracanes, tifones, tsunamis, cometas…) todo esto también hace parte del cambio. Es mundial y es universal y también es cósmico. No le podemos hacer nada, es la hora.

 

Hablo del sol porque me he dado cuenta que desde que tomo sol todos los días me encuentro mejor, más animada y más positiva, con más energía. No, no me ensucio la piel con lociones contra los rayos solares, nunca lo he hecho. Si algo me pongo es aceite de oliva, que es bueno para la salud. O aceite de almendras.

Pero este sol… me recuerda otros momentos de mi vida donde he vivido un cambio y ahora veo la relación que había con él. Recuerdo que aquellas etapas de mutación fueron quizás provocadas por la energía que me daba el sol, y me veo tomándolo desde azoteas o patios, sola o con amigos. Y me veo feliz, porque el sol también da felicidad. Me veo y fui un ser intenso, dinamizado. Estoy convencida del poder del Sol en aquellos cambios que fueron positivos.

 

 El Sol es luz, claridad, iluminación. No es por nada que los Mayas dicen que el cambio llega gracias a este astro tan magnifico, siempre presente y del cual somos sus hijos. Si no ir a vivir unos cuantos meses al Polo Norte y entonces veréis con claridad lo importante que es el Sol.



Ellos, los todo poderosos que se creen los amos del mundo saben muy bien de esta fuerza. Por esto nos aconsejan de huir del sol, de protegernos de él, de cubrir nuestra piel con productos tóxicos para que sus rayos no nos acaricien y nos den vitaminas y energía. Cuando en realidad es todo lo contrario. El sol es bueno para todo, incluida la vista. El sol es equilibrio.






Así que esta primavera aprovechar de estos rayos tan fuertes que algo tienen que ofrecer. Seamos receptores de esta energía. Permitamos que esta luz nos ilumine en estos cambios. Permitamos cambiar con el Sol como guía. Su claridad nos quitará esta pesadumbre que a veces nos impide ver… claro. Su luz nos vitalizará. Su calor nos abrazará. Permitamos ser caminantes juntos y unidos a este Sol, símbolo de vida.

Aqui va un articulo sobre justamente el tema del sol con unas imagenes impactantes.









5/5/11

Sobre el Mago, Virginia Woolf y otras cosillas más...



Ayer de repente rodeada de madres de familia delante del mostrador de la carnicería cada una con su monedero bien cogido de las manos recordé de súbito el que mi madre tenia que llevaba de una mano mientras de la otra me tomaba la mía andando entre las calles del barrio para ir a hacer las compras del día. Sentí como si el tiempo, tantos años, no hubiesen pasado. Me sentí niña, me sentí feliz como en aquellos días de tanto sol, un sol límpido sobre mi pelo negro, mi frente, mis rodillas.


Mi madre era feliz, yo también ya que ella lo era. Luego todo esto pasó, cuando fuimos a vivir en Canadá. Luego llegaron tiempos muy fríos y depresiones y tristezas.

 
Pero ayer yo volví a ser aquella niña con tanta energía, la energía del sol sobre mí y volví a ser traviesa, y movediza, y soberana de mi vida. Cuando eres una niña o un niño los dioses siempre están de tu lado, cómplices, guías, soldados de guarda. ¿Como es posible que todo esto, esta energía y creatividad, desaparezca de tu vida al hacerte mayor? Debe ser que nos olvidamos de nuestra esencia.



Pienso pues que es importante, en estos tiempos que estamos viviendo, de volver a retomar esta energía infantil, esta energía inocente, esta potente alegría solar. Es lo que me digo sentada aquí, en el borde del camino mientras Laika no para de jugar sobre la tierra y los pájaros no paran de cantar. Y entre mis manos una novela de Virginia Woolf y el cielo, arriba, muy azul.



Nadie ha dicho que esta tarea sea fácil, la de guardar nuestra inocencia e intuición. La creatividad, y esto Virginia Woolf lo vivía a flor de piel, pide de nosotros constancia, vigilancia, curiosidad. Pide la presencia del dolor, y de la alegría. Pide ayuda de los dioses, estos dioses tan atentos cuando éramos niños ya que entonces fuimos atención pura.



Entonces nuestros oídos eran conchas de mar y sentíamos el palpitar de nuestro mar interior, su latido azul y líquido, su flujo lleno de esperanza que iba de espiral en espiral.



De niños éramos capaces de oír, teníamos esta capacidad, este Poder. Estaba a nuestro alcance. Y ahora, si queremos seguir adelante y sobrevivir debemos volver a esta pura inocencia.



Los dioses siguen presentes, nos rodean pero no los vemos. Están: el dios de los bosques que susurra misterios sobre la vida y la muerte, y si prestamos atención nos dice que todo es cambio, transformación y que nada se “pierde”, al contrario. Nos enseña este dios verde y humedo que en sus caminos, los caminos de los bosques de nuestras vidas, siempre encontraremos guías, aquí un árbol, allá un pájaro, más allá un sapo…



¿Y el dios de los océanos? Escuchemos su constancia, su ritmo, lo que nos dice de lo sub-marino que hay en nosotros donde otros dioses nos están esperando, cada noche, para guiarnos y dirigir nuestros pasos en la oscuridad de la más tenebrosa oscuridad de nuestro núcleo y centro. Y con la ayuda de estos guias podremos confrontar el Minutario, sin miedo de perdernos en un laberinto sin salida.


Y si miramos hacia arriba, hacia los cielos… el dios sol nos enseñara lo que es la energía pura ya que es el dios del fuego que nos permite ver nuestro propio fuego interior, dios del equilibrio y del magnetismo, dios de nuestra tierra, de la vida.



De niños fuimos magos a la imagen del Mago de la carta del Tarot de Marseille, teníamos los pies bien incrustados sobre la tierra y todo estaba a nuestro alcance, los misterios, los juegos. Esta mesa del Mago es nuestra mente, con nuestras ideas y nuestros sueños. Podemos jugar al alquimista, todo es posible. En la Tribu todo es posible y necesario. Es importante prestar atención a nuestra mente, a nuestro entorno, a nuestras percepciones. Virginia Woolf fue capaz de crear obras maestras porque supo sentarse enfrente de un espejo y mirar quien era ella, sin miedo. De pequeños sabíamos quien éramos, lo vivíamos, lo sentíamos. Ahora debemos volver a encontrarnos para seguir avanzando.



He estado inspirada por la lectura de una entrada en este blog

3/5/11

Mas allá del horizonte



¿Vale la pena hablar de esta mentira tan patosa y tan payasa sobre la muerte del tan famoso Bin Laden? Pues no estoy segura. Ya lo he dicho, no nos tendríamos que concentrar en la mentira pero sí en buscar la verdad. Nos tenemos que concentrar en lo que ellos no quieren que veamos y que a este fin utilicen la mentira, el espectáculo, el circo con sus fieras y sus victimas es prueba de su patetismo.



Esta mentira sobre la falsa ejecución del terrorista Bin Laden es tan grotesca que hasta hace reír, pero reír a carcajadas. Sin embargo no es cómico, ni mucho menos. Es una farsa, y como todas las farsas (y pienso en Rabelais), tiene una trágica profundidad. Porque sabemos, por experiencia, que estas falsas banderas tienen un propósito y el objetivo es producir miedo, controlar, arrasar, destruir.



No, no nos tendríamos que concentrar en esta mentira de vaudeville de película de serie B. Ni los Soprano hubiesen hecho algo tan idiota, mentir con tanta desfachatez pero también con tanto sentido del ridículo. Sin embargo lo han hecho y esto quizás tendríamos que verlo como una buena noticia. Están tan desesperados, estos Obamas en busca de votos, que ya no saben ni lo que hacen, ya no son concientes de lo bufones que son. 


Lo difícil de creer es que haya gente que acepten esta historia. Esto me produce como un vértigo pero no más, dura poco. Lo que cuenta para mí es seguir andando, sin caerme. Seguir concentrada. Seguir mirando hacia delante.



Ocurrirán muchas cosas y en esto debemos concentrar nuestra atención. Las historias de Bin Laden son para divertirnos de lo que realmente esta ocurriendo. Esto es un truco que utiliza mucho el mago.


Entonces deduzco que están en una posición muy precaria para utilizar estos trucos tan grotescos. Aunque a ellos no les importa que veamos lo malos magos que son, estoy también convencida de ello. Ellos van a lo suyo, saben que muchos les seguirán, y que pocos les criticaran. Les importa un pepino los unos como los otros porque vienen del planeta de los insectos donde no existe ni la integridad ni la honestidad.




Entonces tenemos que seguir andando, mirando hacia delante sin volver la cabeza. Pueden chillar, gesticular, hacer el burro para llamar nuestra atención pero no debemos volver la cabeza, no debemos prestarles la más minima atención. Son sombras inconsistentes. Lo que buscamos nosotros son hechos, hechos reales, y seres, seres de carne y hueso. Están allá, en el horizonte. De más en más. Se agrupan, se reúnen, muestran lo que han encontrado, permiten el dialogo, el contacto. Esto es lo que debemos visualizar y buscar y encontrar.




Bin Laden murió hace dos días pero ya estaba muerto. Esta noticia habla de fantasmas. No queremos ni necesitamos fantasmas en nuestras vidas, ni fantasmas muertos ni fantasmas vivos. Solo con almas despiertas podremos andar hacia el horizonte.


Y mas allá del horizonte.

28/4/11

Una nueva Tribu




Sentaditos enfrente de la tele no vemos nada y es lo que quieren los todos poderosos que se creen los amos de este mundo. Que no veamos nada, ni la tierra ni el sol. Porque el sol esta en plena acción, aquí tengan las pruebas de este amigo bloguero que tuvo la audacia de fotografiar este dios de energía y vitalidad.

Y también aqui, otra reflexión sobre el sol.




Sentaditos enfrente de este aparato inventado por los todos poderosos no somos capaz de reaccionar ante todo esto que esta ocurriendo, ni tampoco somos capaces de hacernos preguntas ni buscar las respuestas. Hace muchísimos años conocí una monja de ya mucha edad que no paraba de afirmar que la tele era una “invención del diablo”. Yo en aquel entonces solo me reía de ella, pensando que estaba medio loca por decir estas tonterías. Y sin embargo cuanta razón tenía.



Una invención para hacer de nosotros unos deshumanizados, de los pies a la cabeza. Es lo que quiere el diablo, que vendamos nuestra alma. Ni más ni menos. Esta historia es vieja como el mundo. Y el diablo lo esta consiguiendo.



Pero no de todos y esta es la buena noticia. No todos aceptamos de vender nuestra alma a estos todos poderosos, insectos que lo quieren controlar todo, sobretodo nuestros pensamientos y sentimientos. Para hacer de nosotros un ejército sin ojos.




Hay una Tribu que se esta formando de gente abierta, que cuestiona y que no acepta bajo ningún concepto ser sujeto de. No se trata de personas que en vez de mirar hacia aquí miran hacia allá. Porque allá es igual que aquí. Todo esta corrupto e infiltrado por esta maquinaria de los Insectos, que lo controlan todo, hasta la disidencia. Esta Tribu mira hacia arriba, es decir hacia abajo, hacia dentro, hacia la oscuridad de uno mismo que es la oscuridad (o claridad) del Cosmos. Esta Tribu comparte intuiciones, sueños, filosofías, cuestionándolo todo. Esta Tribu esta harta de las mentiras pero sabe muy bien que las mentiras es otra falacia, que lo que hay que estudiar no son las mentiras pero las verdades.



¿Haces parte de esta Tribu? ¿De estos viajantes sin techo ni tele? ¿De estos solitarios que pasan a veces noches en vela encontrando sentido a todo este sin sentido?



Si hay un cambio, y lo hay dicen los descendientes de los mayas, llegará con el Sol, este dios supremo de voz potente y de fuerza indestructible. Estamos viendo estos cambios en la Tierra. Somos testigos, los que no miramos la tele, de muchos cambios y empezamos a ligar cabos. Y también somos testigos de un cambio más sutil, interno, de esta luz interna que nos ilumina el camino, apartando sombras y abriendo otras fuentes, otras puertas, otros senderos. Es maravilloso.

12/4/11

Desnudar esta realidad


Aprendiendo de que esta compuesta nuestra realidad uno va aprendiendo porque nos han mentido.


Sigo pensando que mi “pesimismo” no es tal y como parece. Algunos de los que me tratan de pesimista o negativa están en el mismo barco que yo, en el mismo Titanic. Denuncian los hechos, critican.



Yo soy lo que soy: una mujer que vive en el Siglo XXI y que esta empezando a ser conciente de lo que ocurre a mi alrededor. Ni más ni menos. Mi visión de lo que esta pasando es personal pero se basa en una reflexión. Que también es personal pero que esta en acuerdo con otras reflexiones de otras mujeres y hombres que viven el mismo despertar en este mundo a punto de caer en el abismo. Y creo que afirmar esto, que el mundo esta a punto de caer en un abismo no es pesimismo pero realismo en su más pura forma.



Es importante saber que la OTAN esta tirando bombas con uranio empobrecido sobre la populación de Libia pero más importante es saber el porque lo están haciendo. Los hechos siempre tienen una cola de serpiente venenosa detrás y esto hay que estudiarlo y pensarlo, día y noche para no caer en el conformismo destructor. Es él, este conformismo, que nos esta llevando al abismo.



En Alemania, a finales de los años 30, también hubo mucho conformismo. Los ciudadanos alemanes hicieron como hacemos nosotros: se creyeron las mentiras, al principio pequeñas y luego más grandes, pero se callaron y bajaron la cabeza, como buenos ciudadanos. No sabían pues que esto les llevaría al abismo y que este silencio, que es complicidad, llevaría a todo el planeta al hundimiento.



Hay muchas maneras de luchar contra esta falsa realidad y la primera es la reflexión. Hacerse preguntas. Indagar. Investigar. Están ocurriendo muchas cosas y pasamos de ellas como si no fuesen importantes. Nos creemos todo lo que nos dicen porque estamos programados desde el nacer a creernos todo. Nuestro trabajo tiene que ser el de desprogramarnos. Esto pide tiempo y paciencia. Pide hacer frente a esta realidad, totalmente falsa, que nos están vendiendo de la misma manera que nos venden coches y viajes al paraíso. El paraíso no existe porque aún no lo hemos construido. Y por lo que veo vamos a desaparecer de la tierra antes de que esto sea posible, este paraíso que solo es realizable con esfuerzo, conciencia y dolor.



El Titanic se hundió y fue en parte porque el capitán creyó que nunca se hundiría. No vio el peligro, no lo supuso, no vio que el Titanic podría hundirse. El capitán estaba loco. Era un loco. Así va nuestro planeta con nuestros capitanes locos y mentirosos, incapaces de ver que esta locura suya y que las mentiras que habitan sus cerebros de insecto harán que esta nave se hunda dejando sobre su faz solo un terreno de sal y cal. Habremos desaparecido por haber hecho confianza a capitanes delirantes y completamente insensatos.

31/3/11

Recordando a Maurice Bishop


Recuerdo otras invasiones que me dejaron en un limbo de tristeza y de rabia. Todas las invasiones son injustas y todas tienen el sello norte americano.


Recuerdo el asesinato de Maurice Bishop en la pequeñita isla llamada Granada. Yo había seguido su historia, de este bello Maurice. Me gustada su política social, además era un héroe para mis amigos africanos. Pero los americanos lo asesinaron, justamente por su política social, entre otras cosas. Lo asesinaron e invadieron la isla. Es un leitmotiv para ellos, asesinar e invadir. Son así.

 
Esto ocurrió en 1983.



Pero lo de Maurice me dolió mucho, y empecé entonces a mirar a Estados Unidos con una nueva mirada, una mirada de alejamiento para ver un poco más claro. Sigo con esta mirada, evidentemente. ¿Cómo podemos olvidar las atrocidades que han hecho? Uno no puede olvidar. Uno no debe olvidar.



Antes hubo lo de Chile, claro. Esto también me dolió. ¿Acaso se puede olvidar lo de Chile? El tiempo no borra las atrocidades. La nueva generación quizás no sepa. Para esto están las bibliotecas, por favor.



Han pasado los años y muchos años y aún recuerdo cuando supe lo del bello Maurice. Estaba con mi amigo Touré, vino Diop a anunciarnos que había ocurrido algo terrible en Granada. Touré, que es musulmán, se fue a la habitación del lado a rezar y yo me quedé tomando té con Diop. Era un día de otoño, ¿como podían pasar cosas así, en el mundo? Pero Diop reía y me hablaba de su mujer que en Guinea esperaba un crío, y pronto. La vida seguía, como si nada. Siempre es así. La vida sigue, como si nada.



Han habido otras invasiones, otros asesinatos, habrán y seguirán porque son así. No les importa nada, lo quieren todo para ellos, les gusta destruir, destabilizar, desmoralizar. No quieren que los pueblos sean libres. Ni ahora ni nunca. Y ahora menos que nunca.



Pero yo nunca olvidaré al bello Maurice. Era alto y fuerte, valiente, energético, un hombre integro. Lo asesinaron como a un viejo perro pero yo lo recuerdo como fue, un héroe. Y es así como se trabaja la memoria, recordando a los que no han abdicado, a los que supieron quedarse depie, sin doblar, derechos como un árbol sano, bellos como un paisaje de primavera, fuertes como osos. La memoria esta hecha de estos recuerdos para no volver en el limbo. Recuerdo y soy. Y soy lo que soy gracias a mi memoria.


Maurice Bishop hace parte, entre otros muchos, de mi conciencia.

29/3/11

Leyendo libros de guerra


Los libros de guerra están llenos de humanidad, por esto me gusta leerlos. Me gusta, necesito aprender sobre esta humanidad, esta fraternidad vivida en tiempos de gran dolor, en tiempos de esperanza y de lucha.

La guerra en Libia ya casi esta olvidada, otras cosas cuentan, la guerra de Libia pasa, como pasa el viento. ¿Qué importa que gente que no conocemos mueran bajo bombas enviadas por la OTAN? No importa. Lo que importa es que tengamos el petróleo cerca de casa, para nuestros coches.

Me encuentro sola. Vivo muy aislada de todo y de todos por eso me gusta leer estos libros que me hablan de los años 40 y donde mucha gente vivió momentos de gran cambio, donde la gente luchaba el día a día de una manera profunda y vital, con sus dificultades y sus pequeñas alegrías que eran inmensas, después de todo. Faltaba de todo y lo poco que había era un tesoro. Grandes batallas eran realizadas por hombres que luchaban para restablecer un nuevo Orden. Los soldados morían por una libertad que era falsa, los políticos luchaban para pillar y guardar. Pero en las casas cada día era un milagro vivir. Un milagro o un infierno.



La guerra de Libia ya se esta olvidando gracias a nuestro conformismo obsceno. Pero ni esto sabemos, ni sabemos que somos obscenos. Solo deseamos sentarnos delante de la tele, vivir en una fantasía, hablar de cosas inútiles, comprar cosas inútiles, transformarnos en seres inútiles.


Me gusta leer libros de guerra donde las mujeres y los hombres pasaban momentos duros y al leer sobre ellos comparto algo que se me es dado como una flor. Tantos hombres murieron por una causa inútil ya que era la causa de los políticos. Tanta miseria por nada, tanto sufrimiento por nada. Ellos no lo sabían. Pero nosotros, aquí y ahora lo ignoramos, hacemos como si nada, por eso somos obscenos. Porque no nos importa nada, ni los que lucharon antes ni los que luchan ahora. Si nos viesen, estos martires de las grandes batallas de la Segunda Guerra Mundial, ¿qué pensarian de nuestra triste escabrosa indiferencia de todo?





Profundidad, hermandad, fraternidad, esto leo en los libros de guerra, esto comparto desde mi soleada habitación mientras los perros afuera ladran de alegría y otro día de la guerra de Libia pasa, como si nada.



Estoy leyendo: The War, A Concise History 1939-1945, escrito por Louis L. Snyder

17/3/11

Nuestro futuro sin luz



¿Es que nos estamos dando cuenta de lo que esta pasando?


Nos están atacando desde todos los frentes: por aquí una posible guerra mundial. Por allá terremotos. Más allá unas radiaciones nucleares que harán de este planeta un camino hacia la extinción. Porque no olvidemos una cosa y que es muy seria: la radioactividad es una asesina que no tiene remedio. Tenemos el ejemplo de Chernobyl. Si miramos atentamente Chernobyl vemos que la tierra, en Chernobyl, sigue muerta, sin vida, y esto para centenares de años.


No se si estamos concientes de lo que esta pasando. ¿Acaso nuestros padres fueron concientes de Hiroshima y Nagasaki? Aquello debió ser una puerta al despertar del peligro nuclear, al despertar de nuestro futuro sobre la tierra. Pero no. No paso nada. Aquello ocurrió tan lejos, pensaron nuestros padres inocentemente. Y en este caso, ser inocente es firmar un contrato de muerte, con el diablo.


No somos concientes de nada, en particular no hemos aún analizado por que el mundo sigue este rumbo de destrucción y de desgracia. Si solamente parásemos de mirar la tele, que nos distrae con tanta fuerza de la realidad. Si solamente tuviésemos el tiempo de mirar lo que nos rodea, estudiar los que dirigen este planeta y que lo hacen tan mal,  estos comediantes del caos y tan adictos al deseo de hacer sufrir y de dañar. Veríamos que estos psicópatas han tomado la rienda de nuestras vidas y que nos hacen andar en un camino que no tiene salida. Y vamos caminando, ciegos, impertúrbales y tozudos.


No, no nos damos cuenta de nada, ni del dolor de nuestros vecinos ni de la razón de tanto dolor, de tanta miseria. Ya que lo que tendríamos que hacer es contestar a esta simple pregunta: ¿Por qué? Pero no lo hacemos. Ya no somos capaces de reaccionar. Y cuando un animal no es capaz de reaccionar tampoco es capaz de sobrevivir.


Como no somos capaces de recapacitar ni de reaccionar estamos perdidos. Nuestra especie, la especie humana, pasara. Desapareceremos. La radioactividad nuclear nos matará a todos, y esto es nuestro futuro. Un campo muerto, sin vida, sin luz.


Es muy triste pero es así.