Con esta imagen me quedo, con esta imagen de tristeza y desaliento, de gran soledad, de pena, de impotencia. No es una foto impactante, es solo una foto humana, que me toca, a la cual puedo identificarme, en la cual puedo entrar y rozar, virtualmente, a estos desconocidos que son mis semejantes, con sus penas y sus desgracias que no tienen nombre.
Con esta imagen me quedo para pensar sobre esto, lo que nos une, lo que nunca nos separará, lo que no tiene fronteras. El sufrimiento no tiene fronteras. El sufrimiento es universal.
Con esta imagen me quedo, estos hermanos japoneses. Solo mentalmente puedo acercarme a ellos y decirles lo mucho que siento todo esto. Sin palabras, sin gestos, desde mi mente pensar en ellos, acompañarlos mentalmente, seguirlos, apoyarlos desde mi pequeño núcleo interno. No puedo hacer más. Y todo el día acordarme de ellos, y no olvidarme nunca que todos estamos unidos por un lazo invisible que se llama compasión, amor, ternura.
Lo que esta pasando en Japón es una lección de vida, para todos, con diferentes grados. A cada uno le toca sacar un saber de esta tragedia.
2 comentarios:
Después de leer tu post sólo puedo admirar tu corazón e identificarme con tu razón... con tu ideología.
...es terrible esta tragedia, tan terrible como la ceguera humana y su incapacidad para organizarse cooperativamente y no competitivamente en busca de una equidad que equilibrara todo lo que existe en la madre tierra...
Un abrazo inmenso.
Gracias amigo Impersonem por tus palabras. Tienes mucha razón y si hay un saber que aprender o poner en practica al ser testigos de esta tragedia es esto, ver tambien lo ciegos que estamos, o ver lo solos que estamos, o lo indiferentes o lo desamparados y tambien lo humanos que somos aunque ellos quieran dividirnos y separarnos. Y esta tragedia, que es una metafora de nuestro planeta,de la humanidad que va a la deriva sin darse cuenta de nada, algo nos tiene que hablar, algo tiene que decirnos pero me temo que tambien estamos sordos, además de ciegos.
Y ya no se más que decir porque francamente, ante tanto sufrimiento ajeno, que tambien es nuestro en cierta medida, solo puedo quedarme silenciosa.
Un abrazo fuerte,
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