
Laika, escucha…
Cuando estoy contigo me aparto de la locura del mundo para centrarme en algo que no tiene definición alguna, ni que se puede analizar. Cuando estoy contigo, Laika, estoy toda yo en este momento, en el presente. Ahora, aquí, contigo. Siento la fuerza de este instante que es mi vida, mi vida en este instante, aquí y ahora.
El mundo es una locura, sí. El mundo está enfermo, enfermo a fuerza de dividir, de separar, de comparar, de razonar… Miedos, fobias, soledades, eso es el mundo. Pero es posible parar este huracán, este huracán afuera, este huracán adentro. Es posible diciendo sí al ahora. Contigo Laika no es que me olvide del mundo, ya que nadie puede olvidar este horror y este sufrimiento dónde yo como ser humano tengo ancladas mis raíces, que hace parte, este mundo loco, de mi existencia, pero si puedo… vivir este momento, ahora y aquí, contigo, un momento que me alcanzas con tu naturalidad, un momento natural, un momento que se abre y me abre gracias a tu inocencia animal, a tu presencia en este aquí y ahora.
Laika, eres mi sanadora. Contigo mi mental se calma, paro de reflexionar, de pensar, de actuar, de tener un objetivo, de vivir mi pasado y mi futuro. Contigo, Laika, mi mental se calma…se desvanecen mis obsesiones, mis miedos, desaparecen mis angustias, mis inquietudes…Y llega la paz, una paz como un rayo de sol, una paz que me abre los ojos y me hace decir si al momento presente.
Flujo, vida, energía. Esto es este instante, este presente.
Laika, me sanas la cabeza. Y Salem, mi gato negro, también me sana la cabeza, y Shiva y Zen, mis dos Perritos de
Participación, plenitud, momento eterno.
Es la presencia. Es estar aquí, dejar el intelecto de lado, los pensamientos de lado, es tomar conciencia del presente. No pasa nada, estoy aquí, viva, alegre, aceptando este momento único.
No hay nada más.