9/5/10

Ser o no ser




No tengo raíces en ningún lugar y esto hace que todos los lugares son raíces mías.


En esta contradicción he vivido desde mis 11 años, cuando emigramos al Canadá. Me ha costado mucho aceptarla, esta contradicción. Y también me ha costado mucho entenderla. Pero en ella reside, creo, mi humanismo.



También entiendo que este vivido no es único mío. Otros sienten lo mismo, otros saben que no son de aquí y de ningún otro lugar pero que gracias a ello son de todas partes.


Y el horror de la globalización, en todos sus sentidos y facetas, acentúa este abrazo hacia la diferencia, madre clave del planeta tierra.


Por ejemplo: lo que viven hoy en día los griegos me toca de muy cerca y esto aunque no haya nada en mí de griego. Y sin embargo todo en mí es de Grecia: la humanidad le debe a Grecia su saber y su historia. No lo entendemos, claro, porque somos unos pasotas y unos egoístas, unos egocéntricos y unos individualistas. En realidad somos el reflejo de estos banqueros que están poniendo la civilización en peligro. Ellos son unos monstruos que siempre han habitado nuestra inconciencia y nuestro inconciente colectivos. Y ahora rugen. Y es normal, son monstruos y son unos monstruos que nunca hemos querido afrontar. Y contra los cuales no nos han dejado luchar.


Recuerdo la primera guerra en contra de Irak, hacia los principios de los años 90. Recuerdo perfectamente el día que los americanos atacaron Bagdad. Yo estaba en un kiosco donde vendían revistas de todo el planeta en todas las lenguas. Un altavoz seguía, desde una radio, los ataques. Me sentí tan extraña y tan extranjera a todo lo que me rodeaba. Se me llenaron los ojos de lágrimas y no solo porque en aquel mismo instante familias iraquíes recibían bombas. No, también lloraba de ver que aquello era visto como un espectáculo, un juego televisivo. Sentí repulsión mientras procuraba esconder mi cara detrás de la bufanda y cuando salí en la calle vacía (la gente miraba el espectáculo en las teles desde sus casas) me juré el repulso incondicional a todo tipo de guerra.


Hoy, cuando hablan de Afganistán, de Irán, de Siria, de Irak contando mentiras y contando vergüenzas me siento de nuevo extranjera a este discurso. No puedo, eso es cierto, entender este odio por mucho que lo racionalice. No puedo aceptar estas políticas. Siempre me digo que no son humanos los que las promueven. Quizás no lo sean y David Icke tenga razón después de todo.


¿Qué es lo que va a pasar a la humanidad? siempre me pregunto. Ya que los que nos dirigen no son humanos, ¿qué va a ser de nosotros, humanos? Estamos en una espiral, cierto, pero, ¿podemos pararla, esta espiral? O simplemente es nuestro destino, como raza humana, aceptar de ser esclavos, nuestro destino aceptar este orden, nuestro destino dejarnos llevar hacia este camino que solo lleva irremediablemente hacia la destrucción. No lo sé.


Pronto uno tras otro nos tendremos que hacer esta pregunta: este tan conocido ser o no ser. Por ahora veo a mucha gente que no es. Y que les importa un bledo no ser. Pero también entro en contacto con muchos que son. Y esto me tranquiliza y me da alas.


Alas para seguir amando la diferencia, seguir aceptando el otro en toda su totalidad, con sus lenguas y sus culturas, con sus luchas. Alas para seguir amando a la humanidad, seguir aunque sea amando a los que no son. Alas para buscar otros caminos, otras vías sobre todo desde la interioridad, base de todo cambio positivo. Cuando un griego de 70 años dice no a los asesinos banqueros que actuan gracias al intermediario del monigote del presidente, esta diciendo no a la infamia y al robo, me esta enseñando, con lagrimas y sangre y fuego y sabiduría que solo hay una vía para salvarnos, y es el de ser.



Excepto el amor intenso, excepto el amor,

no tengo otro trabajo;

Salvo el amor tierno, salvo el amor tierno,

no siembro otra semilla.

(Rumí)


5 comentarios:

Chapellina dijo...

Y yo te ayudo en tu lucha, Lydia. Seremos soldados de amor para salvar a nuestro mundo.

Lydia dijo...

Creamos pues un ejercito de amantes de la paz y de la convivencia. Tambien los angeles tienen sus ejercitos.

Un abrazo fuerte,

amelia dijo...

Yo también siento que no tengo raices, me crie en muchos sitios, un año en uno, otro en otro....así comprendí la nostalgia y ver como no eres de nadie, ni nadie es de ti, y también es como si todo la tierra fuera mi origen, quizas por eso no siento ese amor patriota a mi patria, y cualquier patria podría ser la mia,quizas tambíen por eso todo lo que afecta a un pais es como si me afectará a mi, pero tengo que ser sincera también y decir que solo lo que veo con mis ojos y muy cercano me conmueve, quizas porque no llego tan lejos con mi cuerpo, y si con el corazón,
sigo pensando lo mismo, el hombre mata todo rastro de bondad en el, solo por placer y poder, y es inconcebible, se mueve por signos urbanos, religiones, fanatimos, y cuatro pingadas mas que les hace ser nación, le da igual matar todo rastro de inteligencia, vida, arte, sueños que tengan los demás, solo les importa el ganar la medalla del chorizo que dentro de poco no les valdrá para nada,
espero que mucha gente despìerte a esta ola tan grande que nos arrastra, un saludo grande.

Lydia dijo...

Me siento muy conmovida de ver que hay otras personas que sienten lo mismo que yo siento porque a veces, te juro, me encuentro tan bicho raro y me digo que no soy de este planeta, pero veo que hay otros que estan en la misma postura que la mia, lo que pasa es que desde la soledad no sabes, a veces es como encontrarse en una isla, sola. Me reconforta saber, Amelia y tu Chapellina, que entendeis. Me recoforta ver que esteis presente en este mundo que sufre, un mundo además ciego y sordo. Que se despierte la gente, por favor, que abran los ojos, que abran los corazones, que pare tanta miseria y tanta brutalidad. Acaso no es evidente lo que se aproxima?

Un abrazo,

Gabriel dijo...

Muy de acuerdo, el Matriarcado debe regresar.
La violencia machista es parte del paradigma patriarcal que vive la humanidad, es imperioso crear un nuevo modelo de masculinidad que se sustente en la igualdad la equidad y el respeto, Existe un proyecto ante la ONU que busca la declaración Universal del reconocimiento de la existencia del orden patriarcal y su definitiva abolición. El proyecto involucra también a los hombres obligados a desempeñar el ingrato papel de celadores y opresores del colectivo femenino.
http://www.proyectopatriarcado.com/es/manifest.do