22/5/10

Releer a Sostiene Pereira


Dicen que la extraordinaria tragedia ocurrida en el Golfo de México se podría asemejar a la bomba que tiraron sobre Hiroshima. Y esto ha ocurrido porque estamos ciegos, comatosos y aburridos de la vida. Mucho Copenhague, amigos, pero mientras sigan mandando las oligarquías asquerosamente manipuladas por los amos del mundo, nada que hacer. Copenhague fue una mentira además de un encuentro para poner en marcha el Nuevo Orden Mundial. El resultado lo vemos en este Golfo, totalmente contaminado y que va contaminando sin merced otras costas, que va eliminando, sin merced, especies, que va destruyendo sin merced un bien que pertenece a toda la Humanidad, que es patrimonio de la Humanidad.



Por eso digo que habría que perseguir y condenar, desde todos los gobiernos del mundo, a BP pero también a los que permitieron que esta compañía, escabrosa e irresponsable, trabajase en el Golfo de esta manera tan inmatura y despreciativa. Entre estas personas habría que perseguir al presidente de los Estados Unidos, que tenia y sigue teniendo partes en esta compañía y que no fue rápidamente a salvar o reparar la tragedia, no en todo caso como cuando ocurrió el terremoto, programado, en Haití. Entonces sí que fue velozmente a la isla más pobre del mundo. No para salvar a los pobres haitianos, no. Pero para ocupar un lugar estratégico además de rico en minerales y un país milagroso para las compañías de grandes marcas, y que estas puedan seguir vendiendo a precio de oro objetos inútiles trabajados por una miseria horripilante.


Yo digo que todo esto es no solamente asqueroso pero también digo que todo esto tendría que acabarse.


Pero si seguimos mirando la tele o leyendo la historia oficial y solo esto nunca NADA cambiará. Seguiremos aburridos, ciegos, inútiles. Seguiremos seniles, incapaces, nulos.


Quizás es hora de volver a leer Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi, esta maravillosa historia de un despertar, de un abrir los ojos. Pereira pasa de ser un hombre ciego e inútil, una oveja seguidora de la oficialidad, a ser un hombre integro, despierto, abierto, libre. El encuentro con un joven valiente es el elemento clave para este cambio que no solamente es un cambio de perspectiva pero sobre todo, y este sobre todo es muy importante (la base) de un cambio íntimo.


Es verdad y no lo olvidemos nunca: si queremos cambiar una situación antes tenemos que cambiar nosotros.


Pereira me recuerda que todo cambio es peligroso en el sentido metafórico: de repente vemos tan claro que podemos ser llevados por el miedo. Pero esto es solo una etapa, que hay que pasar para endurecernos, para auto-inmunizarnos, para reforzarnos. Y entonces, los ojos abiertos podremos mirar esta realidad tan falsa en la que habíamos creído tanto. Y podremos mirar esta otra realidad, también falsa, nuestra realidad interior que también ha sido plagada de mentiras.


Y de repente vernos por lo que somos: seres buenos, seres humanos, seres valientes, seres capaces de cambiar, de producir un cambio, de luchar por el bien de los otros, de luchar por el bien de la Humanidad, de la libertad.


Un escena de la película:




7 comentarios:

Lola dijo...

Que razón tienes Lydia! deberiamos leer todos "Sostiene Pereira". Yo no leí el libro pero vi la película y me impactó.
Yo no soy valiente como tu pero me gusta verte luchar. He leido ahora todos tus posts y veo que sigues luchando. Te admiro.
Por que ya no escribes en el otro blog? Te echaba de menos. Un beso Lola

Lydia dijo...

Hola Lola! Cuanto tiempo! Si has visto la pelicula entonces te encantará el libro, que es mucho mejor. Aunque la pelicula es una maravilla, una excelente adaptación del libro y además es una pelicula que ganó muchos premios. Uno de ellos, recuerdo, sobre la puesta en encena. Y creo que Marcelo ganó algun premio tambien.

Pasan tantas cosas Lola, no crees? Y a una velocidad tan increible. Gracias por recordarme mi otro blog, antes del fin de semana colgaré otra historia de Igualada Gonzalez, la mujer que vive en un pueblo de 20 habitantes.

Un besito,

Ricardo Guadalupe dijo...

Hola Lydia, siempre tan comprometida y militante en favor de la paz y la humanidad.

Algo tenéis que ver el personaje de Sostiene Pereira y tú, y yo también. Porque tratamos de emplear la palabra para frenar el mal y proclamar el amor.

Creo que alguien dijo que para que triunfe el mal basta con que las personas buenas no hagan nada. Pues bien, tú no te quedas con los brazos cruzados. Así que gracias. Y gracias a Tabucchi por escribir una historia tan maravillosa.

Un beso

Lydia dijo...

Ricardo, hola!

Yo no hago nada, me lo temo. Yo solo escribo lo que siento, lo que por las noches me tiene en vela, lo que veo y me duele. Es lo unico que hago. Hay gente que se arriesga la vida, yo no. Pero si no escribo lo que siento (y debe ser lo mismo para tí), me muero. La escritura es una especie de... oración? para comunicar mi malestar.

Pero tambien hay otra cosa: no hay que callar. El silencio, un poco como Pereira al principio cuando no decía lo que realmente sabia o sentia, es acceptar las cosas que estan pasando. En realidad Pereira siempre fué lo que es al final: un hombre comprometido. La llegada del joven anarquista simplemente le abrió lo que ya estaba en él: bondad, inteligencia, humanidad. Pero todo esto ya estaba dentro de él, todo esto esta dentro de nosotros, Pereira es un espejo de lo que somos, ni más ni menos.

La cuestión es: nos callamos o no nos callamos? La palabra es importante, es cierto.

Un abrazo,

francesc dijo...

Hola Lydia,
Si, antes fue Hirosima, luego mas guerras y mas contaminación... es un viaje hacia una destrucción, pero tienes razón en lo que dices: si queremos cambiar el rumbo, primero debemos cambiar nosotros, el mundo se cambiara desde la base o no se cambiara. Desde arriba el cambio es imposible, cualquier intento sería abortado por la propia masa ignorante.
Vi la película hace años y no descarto volver a verla, me gusto.
Un fuerte abrazo, amiga
Franki

Lydia dijo...

Franki! Como estas? Ya empezaba a estar inquieta de no tener noticias tuyas.

Antes de Hiroshima hubieron otras atrocidades, la segunda guerra mundial, la Primera, la guerra civil en USA, centenares de guerras, tantas que ya nos hemos olvidado de ellas y este siglo es una continuación. Es muy triste! Ver como las cosas no cambian, pero no por culpa nuestra, yo diría. Pero por culpa de estas tan immensas oligarquias. Y utilizan, evidentemente, nuestros lados oscuros para que las cosas sigan asi.

Es hora de que cambiemos! Pero lo dudo. Yo soy bastante pesimista en este sentido.

Un abrazo fuerte,

Rafael Vázquez dijo...

Totalmente de acuerdo, el cambio empieza por nosotros mismos, pero siempre andamos esperando a que "otro" dé el primer paso y nunca nos decidimos. Te agradezco la sugerencia del libro, lo pondré entre los pendientes por leer (dándole cierta prioridad), saludos Rafa.