11/1/09

Una voz para la crisis

Hoy he tenido una pequeña conversación con Virginia Woolf. Ella siempre ha sido una amiga mía desde que descubrí su diario en los años 80 y últimamente sus cartas. Desde entonces, desde aquel día en el que abrí el primer volumen de uno de los más interesantes diarios íntimos de la literatura, se creó una amistad que ha ido creciendo de año en año. Casi treinta años de dialogo con esta mujer inteligente, sabia, evolucionada y buena, con un sentido del humor perspicaz y divertido y un talento para la descripción y el análisis que siempre me sorprenderán. Y hasta ahora voy descubriéndola, aprendiendo sobre ella, y participando en su mundo mental y espiritual.


Hoy he hablado con ella, Laika. Le he hecho unas cuantas preguntas.


Yo: ¿Cómo sobrevivir en tiempo de crisis? ¿Qué actitud tomar?


Virginia: Trabajar, trabajar, trabajar. Es una salvación, un reto. Olvidarse de la crisis, de la guerra, de todo lo que es en realidad tan artificial. Trabaja, amiga. Escribe, crea, inventa, busca, esto es lo que entiendo por trabajar. No pares de trabajar.


Yo: ¿Y las dificultades financieras? ¿Los problemas materiales?


Virginia: Hay momentos en los que vivimos en la opulencia, tenemos dinero, disfrutamos de nuestras ganancias, viajamos, salimos… En tiempo de crisis, o de guerra, hay menos dinero, todo es más difícil, cierto, pero todo pasa. Ha habido días en los que solo teníamos para cenar un trozo de pan, no había electricidad, teníamos que preparar la comida en la chimenea… Hacia frío, no funcionaban los trenes, Correos tardaba el doble de tiempo en librar las cartas, el ambiente era cargado, pesado, negro… Yo siempre guardé mi sentido del humor, sobre todo con mis amigos. Y lee, amiga, los libros siempre están para ayudarte a superar todos estos problemas materiales, como dices. La soledad, en tiempo de crisis, es necesaria. El silencio, el apartarse de los discursos oficiales, que solo espantan y no aportan nada nuevo. Anda, camina, sal al aire libre, respira hondo, mira el cielo, los árboles, las plantas, la naturaleza. Sal con Laika, no olvides que todo pasa. Anda, respira, reflexiona, comunica con tus amigos, participa en lo que puedas para ayudar a los demás, y ocúpate de ti misma.


Yo: Virginia, ¿Qué has aprendido en tiempo de guerra?


Virginia: En tiempo de guerra he trabajado sin parar, mi mente siempre ocupada, inquieta. He mirado, escuchado, he vislumbrado verdades, mentiras… Pero repito, tienes que trabajar, en lo que sea, es decir en lo que consideres esencial para tu vida. En tiempo de guerra estuve menos enferma ya que habían otras prioridades pero prioridades humanas. Deja los políticos mentir, crear mundos insostenibles, crear infiernos… y deja a los ciegos que los siguen hacer de este planeta un no sentido. Tú haz lo que tengas que hacer, con tu fuerza interior, tu energía, tu saber, tu valentía. Y con todo esto, más mucha compasión y mucha paciencia, sobrevivirás a la crisis.


Yo: Pero… ¿Y la muerte, las victimas, las tragedias?


Virginia: Estas viva, ¿no? Esto es lo que cuenta. Mientras estas viva puedes aprender, leer y entrar en la vida de autores que tienen algo que aportarte. Mientras estas viva puedes escuchar música, sintonizarte con los otros, ayudar en lo que puedas. Esto también es trabajo. Proyecta, yo siempre tuve proyectos de libros en mi cabeza. Ayuda a los demás, yo siempre que lo pude lo hice. Adáptate a las circunstancias. Todo es movimiento. Nada es eterno. No busques la fama. En tiempo de crisis hay que cortar, recortar. Y luchar.



10 comentarios:

Brétema dijo...

Estimada amiga Lydia, en primer lugar agradecer tus valiosos comentarios en nuestra página y darte la bienvenida a este nuestro mágico universo, donde las musas y los duendes dejan de ser sueños para hacerse realidad. En segundo lugar informarte de que hemos enlazado tu magnifico e interesante Blog en el nuestro, te hemos puesto un enlace directo en nuestra sección de páginas amigas, es lo minimo que podíamos hacer por la atención que con nosotros has tenido. Visitaremos con frecuencia tus Blogs pues merecen todo nuestro apoyo.
En tercer lugar y no menos importante, decirte que con relación al tema que tratas: "Una voz para la crisis", lo que sigue:
Lo importante es vivir, sobrevivir en este globalizado mundo sería lo mas acertado. A veces el no vivir, el callar, el inconformismo, sería la valvula de escape mas asequible a nuestros bolsillos más egoistas y antihumanos. Se debe vivir, aunque cueste, aunque nos produzca dolor... se debe soñar y creer que existe algo mucho más importante que nuestro propio "yo"
Algún día los hijos de nuestros hijos podrán decir que viven porque otros en el pasado creyeron en una vida más humana, justa y que supieron preservar una palabra, que al recordarla, no ha perdido su valor: Esperanza (a veces las palabras pierden su valor porque alguién se olvidó de pronunciarlas).
Un saludo, Brétema.

AlbertoEstévez dijo...

Vivir, luchar...



Un abrazo Lydia!!


alberto!

Lydia dijo...

Amigos Brétema,

Muchisimas gracias por vuestro comentario y por haberme enlazado a vuestra pagina ya que considero que el grupo Brétema esta haciendo un trabajo creativo y valiente. Todo lo creativo es valeroso, en estos tiempos tan duros y oscuros. En momentos dificiles la poesia y el arte en general son esenciales porque necesitamos reflexionar sobre lo que está pasando en el mundo y en nosotros de una manera creativa. Virginia Woolf, cuando la Segunda Guerra Mundial estalló estaba escribiendo una biografía de un amigo, Roger Fry, artista y critico de arte. El tema, cuando salió el libro, era si el artista podría haber cambiado el curso de la historia, en este caso el Nazismo. Virginia estaba convencida que el mundo seria mejor con artistas como Roger Fry que permitían entender la vida desde otra prespectiva: más humana, poetica, libre de prejuicios. Sobre todo libre de prejuicios.

Estoy enteramente de acuerdo con ella y con vuestra manera de entender la palabra poetica. Os agradezco tanto vuestra implicación en el curso de nuestra Historia. El artista, en este caso el poeta, nos limpia la mirada y nos la abre, nos quita telarañas en los ojos, nos pone alas para sobrevolar y asi, mejor entender. Solo entendiendo el mundo en el que vivimos podremos hacerlo más bueno.

Un abrazo fuerte y hasta pronto,

Lydia dijo...

Alberto,
gracias por tu visita y tambien sé que la palabra luchar,y vida, te agradan mucho.

Un beso,

Franziska dijo...

Acabo de leer la recomendación de Neurotransmisores y he venido encantada. Es cierta que el trabajo, que mantenerse ocupado en algo que nos interese especialmente puede llenar de sentido nuestra vida o, como mínimo, olvidar las dificultades: que no es poco. Agobiarse no soluciona nada y puede complicar mucho nuestra vida.

Me ha parecido un post estupendo.

Saludos cordiales.

Juan dijo...

Hola Lydia. Impresionante tu conversación interior.
Llegue aquí a través de Neurotransmisores. Creo que me quedo.
Te voy a enlazar desde Dartesalud.
Un abrazo.

Lydia dijo...

Franciska, bienvenida al blog de Laika.Y tienes toda la razón, y tambien fué una fuente de energía para Virginia: el trabajo. En sus cartas lo repite varias veces. El trabajo, el que sea, es tan importante. Cuando digo el que sea quiero decir que puede ser un trabajo intelectual, un proyecto que nos apasiona, una idea que queremos desarrollar o simplemente el trabajo que nos da el pan de cada día.

Muchas gracias por tu comentario. Hasta pronto.

Un abrazo,

Anónimo dijo...

Hola Lydia, nuevamente paso de visita por tu Blog y me encanta la decoración de tu casa (Blog) y lo bonito que escribes. Por si te interesa, informarte de que hay nuevos comentarios en el Blog de Brétema, en la poesía: "Ya llegan los Reyes". Un saludo y gracias por tu simpatía y por tu buen hacer. Un saludo, Manoel Xosé

Maripaz dijo...

Lydia, me parece profundo tu mundo interior ...

Que importante es en la vida, tener un proyecto, sentirse viva

Tambien como Virginia, nos transmites con tus escritos , toda la belleza de tu vivir

Un beso

Chapellina dijo...

Ahora, entiendo porque Virginia Woolf es una de tus mejores amigas. Muy oportuno esta reflexión. ¡Gracias!

:-)