Que vergüenza de mundo, sí sí, un mundo vergonzoso que va esclareciéndose dentro de mí, (pobre humana que va desnudando estas capas de piel de cebolla que todos llevamos y que necesariamente tenemos que quitar para llegar a lo que se parezca más a la estricta verdad, a nuestro centro, al centro de todo)... No nos queda otra. No nos queda otra que mirar este mundo y en silencio, desde el silencio, acapararlo, desnudarlo, con escrutinio, con atención. Es que no nos queda otra porque de lo contrario no llegaremos tampoco a esto tan esencial que es nuestra propia y única esencia, y esta esencia, que solo es posible encontrar en la soledad, es lo que somos. Y siendo lo que realmente somos podremos cambiar este mundo. Quitarle la vergüenza, limpiarlo de esta horrorosa mentira que dura desde hace tantos milenios, almenos hagamos este pequeñito esfuerzo que pide, cierto, mucho trabajo.
2 comentarios:
Muchas capas de cebolla se han ido generando y parece que para quitarlas a veces hay que llorar.
Por fortuna las lágrimas no están reñidas con la risa y el miedo también puede ser contemplado como un amigo que nos avisa para que prestemos atención a lo esencial.
Con cariño, besabrazos esenciales para el camino
Mucho trabajo y mucha unidad es lo que necesitamos para cambiar un poco este mundo. Besos Lola
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