2/2/11

Carta a mi amiga iraquí


Mi querida amiga iraquí,

Hace mucho que te quería mandar esta carta pero no sabía que decirte ya que hay tanto movimiento, tantos cambios, tantas cosas que están pasando y no sabia como empezar, como continuar, qué decirte, como decirlo… Todo es tan confuso y a la vez cada vez más claro. No es una contradicción, ya que en medio de la confusión, en medio del caos aparece, aunque a veces no la veamos, una luz extraña y suave.


Princesa del desierto, cuantas veces he pensado en tí, recordando el dolor de tu bella figura, y en medio del silencio recordando a tu familia, padres y hermanos, tíos, abuelos, todos tus antepasados, deseando que la paz llegue en forma de caballo blanco galopante, en forma de libertad, deseando esta libertad para tu pueblo, tu país, tu región en esta parte del mundo que es ni más ni menos ahora un infierno y parece ser que será un infierno eterno, así lo han decidido los psicópatas que mandan el Imperio. Y cuanto sufrimiento antes que este Imperio caiga, pero caerá, ya te lo dije un día, esta es una de las únicas verdades del Universo. Todo lo que sube, baja, se estrella en mil pedazos y cuando más arriba sube más el impacto de la caída es enorme. Y este Imperio cuando caiga caerá de las nubes a una velocidad tremenda, al igual que han caído otros Imperios en esta corta historia de la nuestra Humanidad.


No nos confundamos: el Imperio podemos nombrarlo, pero el Imperio también es un conjunto de pequeños estados que viven de él, de organismos que están bajo su cargo, organismos de grande renombre, organismos que parecen serios y que parecen buenos pero que, cuando quitamos las mascaretas, muestran un deseo maléfico de destrucción y aniquilación. Ellos también caerán: Imperio, países y estados, organismos y sus promotores vestidos con trajes de multimillonarios.


En la ultima carta me habitaba una cierta desesperación que este año ha desaparecido. Quizás porque veo que el mundo esta en pleno cambio, quizás de ver revoluciones despertarse como flores después de un largo invierno me da energía. No todas las revoluciones son positivas, no soy tan candida como esto. Pero ver el pueblo despertarse, (no aquí pero allá) me produce una gran alegría. Ver al pueblo mostrar con el puño a los dictadores que les hacen sufrir me produce esperanza. Ver la hipocresía, verla realmente detrás de su mascareta falsa, me produce fe. Fe en la humanidad, fe en el cambio, fe en la fuerza de destrucción para construir un nuevo mundo.


Todo esto son palabras, es cierto. La realidad sigue siendo una pesadilla camuflada. La mayoría aún cree que estamos bien, que todo va bien en el mejor de los mundos. Cuando apuntamos del dedo a los dictadores enfermos mentales también tendríamos que apuntar a esta mayoría que se cree que el mundo esta en buenas manos, que cree que vamos a salir de esta situación como si nada, que todo esto es un mal rato que hay que pasar y punto. Mientras tengamos algo que comer, piensan. Pero el caso es que muchísima gente, millones y millones de personas no tienen nada que comer y que millares de seres humanos viven en países que hacen de ellos unos esclavos. Nosotros compramos barato y de mala calidad lo que ellos producen con sus vidas de esclavos. Es decir que vivimos en un mundo absurdo, inhumano y escabroso.

Me gustaría pedirte que no abandones la esperanza, que sigas luchando en este terrible cotidiano con fe, que sigas sabiendo que vosotros, mártires de esta tan gran injusticia que os ha caído del cielo, sois mártires no solamente por el gran sufrimiento que vivís, pero porque este sufrimiento permite que despertemos a esta realidad. Sé que mis humildes palabras no harán que paren las bombas sobre vuestras tierras, lo sé perfectamente y en parte es este saber que a veces me pide de callarme, no decir nada, no escribir nada. Simplemente guardar el silencio, en expectativa, un silencio reparador, un silencio lleno de amor y compasión.


Esta noche he soñado en un delfín que ha venido hasta mí, como tantas otras veces, y que me ha besado la frente. Y en mi sueño le he pedido que vaya hasta tí, como tantas otras veces, y que te bese la mejilla y que te haga ver el azul del mar.

4 comentarios:

amelia dijo...

me gusta el final de tu carta, es muy bonito y lleno de esperanza, creo que la gente esta despertando sylvia, porque muchos cambios acontecen a nivel personal y lo oyes en el mundial, esperanza de qeu la lucha esta en el dia a dia,
hace tiempo ya, soñe que era una ballena, bueno, la verdad es qeu senti que era una ballena, negra con manchas blancas, mas tarde me enteré que si existian asi, de ese color, por eso te dio que es muy posible, que ese sueño tuyo se haga realidad.
un abrazo camarada.

Rafael Vázquez dijo...

Así me gusta, abiertos siempre a la esperanza... todo cambiará, todo está cambiando... sólo hay que mirar las cosas pequeñas, las que nadie ve. Ahí todo cambia y esos cambios afectan más de lo que pensamos. Que pases un buen día

Lydia dijo...

Gracias Amelia por tus comentarios.

Rafael, tienes toda la razón. Tenemos tendencia a mirar lo grande, y a desesperarnos porque en lo grande no se ven los cambios. Pero en lo pequeño, sí. MIrando en lo grande, no se muy bien como terminará la revolución egipcia ya que el Imperio no permitirá, ni el Imperio ni Israel, que un pais se independice de ellos. Pero en lo pequeño cuanta esperanza para la humanidad! estos hombres y mujeres que luchan y que nos enseñan que la unión hace la fuerza. Pase lo que pase su ejemplo se quedará en nuestras mentes y ya de por sí nos habrá hecho ver otra visión del futuro.

Un abrazo,

Lydia dijo...

Alejandro, gracias por tu visita.

No estoy de acuerdo contigo. Los oprimidos siguen oprimidos y lo seguiran, por muchas revoluciones que haya.Y sabes por que? Porque siguen los mismos amos, unos psicopatas.