"Each single one of us must evolve an inner scheme of defence to hold on to and use, if necessary, ten thousands times a day, to ensure that neither a part nor the wohole of this, is to get us down." (E. M. Delafield, 1940)
Que dolorosas que son estas historias de mujeres que vivieron durante la segunda guerra mundial en Inglaterra y que han dejado escrito, en diarios o cartas o artículos, sus experiencias, el día a día, el sobrevivir en aquellos días que desde mi mesita de trabajo veo como un túnel sin luz, algo muy apenado, muy pálido también, como un camino sin salida, un paisaje sin sol, un paisaje paralizado bajo una tierna decrepitud, casas bombardeadas, suelos abiertos, aviones sobrevolando la ciudad tirando bombas, fabricas multidisciplinadas con miles y miles de mujeres trabajando día y noche para la guerra, para el honor, para salvar la patria, mujeres pilotos, mujeres conductoras de tren, de tranvías, de barcos, enfermeras, secretarias, artistas, periodistas, amas de casa, conductoras de ambulancia, todo tipo de mujeres día a día en un esfuerzo de sobrevivir en este subterráneo sin salida, los hombres en el campo de batalla, la carne de cañón en el campo de batalla, los políticos tomando el té, como siempre, como siempre ha sido en este mundo de psicópatas, las luchas cotidianas de estas mujeres que vieron el mundo cambiar en medio del dolor y de la destrucción y que fueron participes de un nuevo orden mundial, desde mi mesita de trabajo las veo en este cambio, y en medio del horror estas mujeres ya no serian las mismas, ya nadie podría verlas de la misma manera, en medio del infierno se abrían puertas, posibilidades, caminos antes no tomados, me gusta verlas en sus uniformes, en sus sonrisas, en sus dudas, en sus penas, en sus lagrimas, en sus risas, me gustaría viajar en el tiempo y acercarme un poco más a ellas, rozarlas con mi mirada, sentir su fuerza, sus debilidades, acercarme a ellas en sus miedos, en sus esperanzas, sus esperas, seguirlas con mi mirada por las calles en busca de trabajo, de comida, en los autobuses cansadas de haber trabajado doce horas seguidas haciendo balas mortíferas, en su cansancio, su cansancio…
Que triste y amargo es este libro y a la vez que fuerte, como me da energía pensar que ellas sobrevivieron para hablar de ello, para mostrarme que todo se sobrepasa, que la palabra imposible no existe, que en tiempo de guerra como en tiempo de paz hay que avanzar, sin miedo, que hay que luchar, sin miedo, sobre todo en tiempo de paz hay que luchar para que las cosas cambien y no volvamos a lo mismo, siempre a lo mismo…
En este mundo que se está cayendo y rompiendo en padazos, leer sobre ellas me tranquiliza.
(El libro que estoy leyendo: Hearts Undefeated, Women's Writing of the Second World War, edited by Anne Boston)