19/2/11

Mujeres



"Each single one of us must evolve an inner scheme of defence to hold on to and use, if necessary, ten thousands times a day, to ensure that neither a part nor the wohole of this, is to get us down." (E. M. Delafield, 1940)

Que dolorosas que son estas historias de mujeres que vivieron durante la segunda guerra mundial en Inglaterra y que han dejado escrito, en diarios o cartas o artículos, sus experiencias, el día a día, el sobrevivir en aquellos días que desde mi mesita de trabajo veo como un túnel sin luz, algo muy apenado, muy pálido también, como un camino sin salida, un paisaje sin sol, un paisaje paralizado bajo una tierna decrepitud, casas bombardeadas, suelos abiertos, aviones sobrevolando la ciudad tirando bombas, fabricas multidisciplinadas con miles y miles de mujeres trabajando día y noche para la guerra, para el honor, para salvar la patria, mujeres pilotos, mujeres conductoras de tren, de tranvías, de barcos, enfermeras, secretarias, artistas, periodistas, amas de casa, conductoras de ambulancia, todo tipo de mujeres día a día en un esfuerzo de sobrevivir en este subterráneo sin salida, los hombres en el campo de batalla, la carne de cañón en el campo de batalla, los políticos tomando el té, como siempre, como siempre ha sido en este mundo de psicópatas, las luchas cotidianas de estas mujeres que vieron el mundo cambiar en medio del dolor y de la destrucción y que fueron participes de un nuevo orden mundial, desde mi mesita de trabajo las veo en este cambio, y en medio del horror estas mujeres ya no serian las mismas, ya nadie podría verlas de la misma manera, en medio del infierno se abrían puertas, posibilidades, caminos antes no tomados, me gusta verlas en sus uniformes, en sus sonrisas, en sus dudas, en sus penas, en sus lagrimas, en sus risas, me gustaría viajar en el tiempo y acercarme un poco más a ellas, rozarlas con mi mirada, sentir su fuerza, sus debilidades, acercarme a ellas en sus miedos, en sus esperanzas, sus esperas, seguirlas con mi mirada por las calles en busca de trabajo, de comida, en los autobuses cansadas de haber trabajado doce horas seguidas haciendo balas mortíferas, en su cansancio, su cansancio…





Que triste y amargo es este libro y a la vez que fuerte, como me da energía pensar que ellas sobrevivieron para hablar de ello, para mostrarme que todo se sobrepasa, que la palabra imposible no existe, que en tiempo de guerra como en tiempo de paz hay que avanzar, sin miedo, que hay que luchar, sin miedo, sobre todo en tiempo de paz hay que luchar para que las cosas cambien y no volvamos a lo mismo, siempre a lo mismo…







En este mundo que se está cayendo y rompiendo en padazos, leer sobre ellas me tranquiliza.


(El libro que estoy leyendo: Hearts Undefeated, Women's Writing of the Second World War, edited by Anne Boston)

Yo puedo llorar


A veces, la mayoría de las veces, lo mejor que puedo hacer es quedarme quieta, en silencio, viendo como este mundo, nuestro mundo, va despedazándose poco a poco.


Lo que duele: el cinismo absolutamente fantástico de los gobernantes, y digo: la locura de esta gente. Y digo: sus enfermedades mentales que son proyectadas sobre la condición humana y hacen de esta un infierno. Esto se llama, el estudio de estos enfermos, la ponerología.


El diablo existe, son ellos sus mensajeros. Están aquí para hacernos sufrir. Son los maquinadores de guerras y torturas.


¿Qué podemos hacer ante esto? Las guerras no pararán nunca mientras ellos estén en el poder. No solamente el poder político pero todos los poderes: el judicial, el policial, el medical, el social, el cultural…


Hasta que no nos demos cuenta de todo esto no podremos salir de esta mándala negativa en la que estamos metidos. Es un círculo que tenemos que romper, ABSOLUTAMENTE. Tenemos que salir de este círculo para poder mirarlo todo con más claridad y cambiar lo que nos rodea, empezando cambiando nuestra mirada. Despertarnos. Des-programarnos.


Unos dirán: ¡pero no te hagas malas leches, hija! Siempre ha sido así y las cosas seguirán así hasta el final de los tiempos. Y yo les digo: no tiene que ser siempre así, si solo cambiásemos un poquito nuestra percepción de la realidad…


A mí no me gusta el mundo en el que vivimos, no me gusta ver tanto sufrimiento, no me gusta ver a psicópatas mandar este mundo. Son psicópatas: no sienten nada, son fantasmas sádicos, les gusta bañarse en el sufrimiento ajeno. Por esto crean guerras, hacen golpes de estados, inventan torturas, crean monstruos.


Luego hacen fiestas gargantuescas y se dan medallas entre ellos. Ayer Obama dio una medalla a Bush senior por su humanidad y su buen corazón. Es casi para reír si no hubiese detrás de este espectáculo patético más de un millón de victimas en Irak.


¿Lo tengo que decir más claro? A mi no me gusta que maten a árabes simplemente porque son árabes. Siguen los Nazis pero mucho más cínicos, mucho más violentos, mucho más sofisticados.


¿Me repito? Pues me voy a repetir hasta saciedad. Porque des-programarme para mí significa mirar este mundo, mi mundo, mi tierra, mi planeta, mis hermanos, con esta mirada clara, dolorosa y humana. Yo soy capaz de llorar. Los psicópatas no.

2/2/11

Carta a mi amiga iraquí


Mi querida amiga iraquí,

Hace mucho que te quería mandar esta carta pero no sabía que decirte ya que hay tanto movimiento, tantos cambios, tantas cosas que están pasando y no sabia como empezar, como continuar, qué decirte, como decirlo… Todo es tan confuso y a la vez cada vez más claro. No es una contradicción, ya que en medio de la confusión, en medio del caos aparece, aunque a veces no la veamos, una luz extraña y suave.


Princesa del desierto, cuantas veces he pensado en tí, recordando el dolor de tu bella figura, y en medio del silencio recordando a tu familia, padres y hermanos, tíos, abuelos, todos tus antepasados, deseando que la paz llegue en forma de caballo blanco galopante, en forma de libertad, deseando esta libertad para tu pueblo, tu país, tu región en esta parte del mundo que es ni más ni menos ahora un infierno y parece ser que será un infierno eterno, así lo han decidido los psicópatas que mandan el Imperio. Y cuanto sufrimiento antes que este Imperio caiga, pero caerá, ya te lo dije un día, esta es una de las únicas verdades del Universo. Todo lo que sube, baja, se estrella en mil pedazos y cuando más arriba sube más el impacto de la caída es enorme. Y este Imperio cuando caiga caerá de las nubes a una velocidad tremenda, al igual que han caído otros Imperios en esta corta historia de la nuestra Humanidad.


No nos confundamos: el Imperio podemos nombrarlo, pero el Imperio también es un conjunto de pequeños estados que viven de él, de organismos que están bajo su cargo, organismos de grande renombre, organismos que parecen serios y que parecen buenos pero que, cuando quitamos las mascaretas, muestran un deseo maléfico de destrucción y aniquilación. Ellos también caerán: Imperio, países y estados, organismos y sus promotores vestidos con trajes de multimillonarios.


En la ultima carta me habitaba una cierta desesperación que este año ha desaparecido. Quizás porque veo que el mundo esta en pleno cambio, quizás de ver revoluciones despertarse como flores después de un largo invierno me da energía. No todas las revoluciones son positivas, no soy tan candida como esto. Pero ver el pueblo despertarse, (no aquí pero allá) me produce una gran alegría. Ver al pueblo mostrar con el puño a los dictadores que les hacen sufrir me produce esperanza. Ver la hipocresía, verla realmente detrás de su mascareta falsa, me produce fe. Fe en la humanidad, fe en el cambio, fe en la fuerza de destrucción para construir un nuevo mundo.


Todo esto son palabras, es cierto. La realidad sigue siendo una pesadilla camuflada. La mayoría aún cree que estamos bien, que todo va bien en el mejor de los mundos. Cuando apuntamos del dedo a los dictadores enfermos mentales también tendríamos que apuntar a esta mayoría que se cree que el mundo esta en buenas manos, que cree que vamos a salir de esta situación como si nada, que todo esto es un mal rato que hay que pasar y punto. Mientras tengamos algo que comer, piensan. Pero el caso es que muchísima gente, millones y millones de personas no tienen nada que comer y que millares de seres humanos viven en países que hacen de ellos unos esclavos. Nosotros compramos barato y de mala calidad lo que ellos producen con sus vidas de esclavos. Es decir que vivimos en un mundo absurdo, inhumano y escabroso.

Me gustaría pedirte que no abandones la esperanza, que sigas luchando en este terrible cotidiano con fe, que sigas sabiendo que vosotros, mártires de esta tan gran injusticia que os ha caído del cielo, sois mártires no solamente por el gran sufrimiento que vivís, pero porque este sufrimiento permite que despertemos a esta realidad. Sé que mis humildes palabras no harán que paren las bombas sobre vuestras tierras, lo sé perfectamente y en parte es este saber que a veces me pide de callarme, no decir nada, no escribir nada. Simplemente guardar el silencio, en expectativa, un silencio reparador, un silencio lleno de amor y compasión.


Esta noche he soñado en un delfín que ha venido hasta mí, como tantas otras veces, y que me ha besado la frente. Y en mi sueño le he pedido que vaya hasta tí, como tantas otras veces, y que te bese la mejilla y que te haga ver el azul del mar.